Por el día no se escucha. El cantar de los pájaros, las obras que se han reactivado, el ir y venir de la poca gente que sale –o mucha, en algunas zonas– y algún que otro coche que circula por la carretera enmudecen cualquier sonido que venga del cielo. Pero por la noche hay municipios donde el silencio acalla todo lo demás y solo se escucha un pitido agudo que ha dado lugar a más de una teoría conspirativa en Twitter.
Hace una semana fue una hilera de luces rarísima la que dio lugar a conjeturas en las redes, y casualmente la fuente del pitido parece ser la misma que la de estas luces. No son OVNIs ni es tu vecino gastándote una broma, son los satélites de Tesla.
Concretamente, de la empresa Space X de Elon Musk, que lanzó en marzo la misión Starlink. El objetivo es llevar el internet a los rincones más remotos del planeta con satélites sobrevolando el mundo.
Hay quien se lanzó a suponer que se trata de un cielomoto por el sonido extraño, hay quien dijo que eran objetos sin identificar por las luces que claramente no eran estrellas ni aviones… Hipótesis no han faltado. "¿Invasión alienígena sobre Europa?", titulaba un medio británico.
Bromas aparte, muchos astrónomos no están de acuerdo y se han quejado porque el brillo de los satélites dificulta la observación por la noche, a lo que Musk ha respondido reduciendo a la mitad su luz. Viendo la foto que compartió la Estación Espacial Internacional del paso de un 'clan' de estos satélites, no es de extrañar que hayan estado confundiendo a los observatorios. A partir de ahora, los que lance serán más oscuros, ha asegurado, porque aún quedan unos miles para completar la misión.