· Protegen del sol, pero no del mismo modo que las cremas
Las radiaciones UVA y UVB nos dañan tanto dentro como fuera. El daño externo es más fácil de advertir: la piel se oscurece o se quema, pero el interno no se ve. "Las pastillas solares actúan frente a ese daño interno, el daño celular, que es el que a la larga puede derivar en un melanoma y el que acusa el fotoenvejecimiento, además de daños oculares. Tomar estos fotoprotectores por vía oral ayuda a reparar y a prevenir el daño celular. También evitan la aparición de manchas".
· Hacen que te pongas más moreno, ¿mito o realidad?
"Por sus componentes, entre los que principalmente deben estar el polypodium y también los betacarotenos (presentes en frutas y verduras anaranjadas, amarillas o verduras verdes oscuras), se produce la protección celular de la piel".
Pero precisamente este último ingrediente activa la producción de melanina, que es la que hace que nos bronceemos. Las pastillas contribuyen a la "pigmentación retardada, el moreno que tarda más días en aflorar y que dura más. Además su causante es la radiación UVB, cuya capacidad protectora es mayor que la producida por la radiación UVA, también consiguen que ese bronceado sea más uniforme", apunta la farmacéutica.
· Para que sean efectivas, tómalas así
Primero asegurándote que las que compras tengan los componentes adecuados y en la cantidad apropiada, la mejor manera de saberlo es consultando a un especialista: dermatólogos o farmacéuticos principalmente.
Álvarez de Cienfuegos recomienda que las vitaminas se tomen durante "periodos cortos, por ejemplo de tres meses, para prepararnos para la exposición solar de verano o, si sabes que te va a dar mucho el sol durante un viaje, quince días antes para prevenir y evitar que las células y la piel se dañen". No hay que perder de vista que la piel tiene memoria, y que los daños a los que la sometamos ahora, en un futuro, pueden aflorar en forma de manchas, lunares que derivan en melanoma o otro problemas cutáneos.