En un archipiélago remoto de Rusia llamado Kuriles, no demasiado lejos de la isla japonesa de Hokkaido, vive una población de osos en libertad que frecuentemente se asoma entre la vegetación con cara simpática. Hace poco, entre el verde y el pardo se mezcló un color que desconcertó a los fotógrafos: el blanco. En un principio debieron pensar ¿será un oso polar? Pero claramente las condiciones meteorológicas desechan esta posibilidad. Entonces, ¿ha cambiado esta especie de color? Todo apunta a que así es, pero el hallazgo no puede tener más perdidos a los expertos.
Empecemos por el principio. Las Islas Kuriles son seguramente preciosas, como la mayoría de lugares que no entran en el interés humano, pero se trata de un archipiélago en la ubicación perfecta para ser castigado por la naturaleza. Tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas… Exposición al riesgo no falta. Ni 20.000 personas se atreven a habitar esta región cuya infraestructura es de lo más pobre y el turismo apenas llega, primero, por la falta de comodidades y, segundo, por el dineral que supone. Es decir, es un paraíso para los animales que lo habitan.
Bien, entre la paz que reina dentro de sus fronteras –fuera de ellas Rusia y Japón pelean por el territorio–, los osos 'kuriles' destacan por su grandeza. No es la primera vez que observamos que en una especie algunos ejemplares se desmarquen del aspecto generalizado, pero en este caso hay una diferencia: su esperanza de vida no es menor por el hecho de no mimetizarse, porque viven libremente sin la amenaza de depredadores. Según recoge el diario 'Siberian Times', los investigadores barajan la posibilidad de que se trate de una mutación.
En una isla del mismo archipiélago llamada Kunashir, un experto del Ártico llamado Viktor Nikiforov observó a la especie y concluyó que se asemejaban a los osos polares por endogamia entre los ejemplares.
Otro científico, en su caso el japonés Noriyuki Ohtaishi de la Universidad de Hokkaido, sugirió que su aislamiento se había traducido en esta extraña mutación.
Sea como sea, uno de los inspectores del parque ha observado una tendencia que diferencia a los oscuros de los blancos: los segundos son menos agresivos.