Una morsa fue vista en la costa irlandesa por primera vez hace tres semanas, causando un enorme revuelo al descubrirse que había llegado desde el Ártico. Pronto nadó unos 450 kilómetros al sur hasta Gales, donde pasa los días reposando donde pilla, ya sea una roca o una grada para salvavidas, e intentando subir a algún que otro bote. Los residentes la han apodado Wally cariñosamente, pero las autoridades advierten: el acoso de los turistas no le sienta bien. Actualmente está desaparecida.
Hace tres semanas, un hombre paseaba con su hija por isla Valentia, en el condado de Kerry, cuando la pequeña avisó a su padre de la presencia de una foca. Sus enormes colmillos y su tamaño –“similar a un toro”, definió el hombre para el diario ‘IrishCentral’– le delataron: se trataba de una morsa de la especie Odobenus rosmarus, que probablemente llegó desde el norte de Groenlandia.
"Yo diría que lo que sucedió es que se quedó dormido en un iceberg y se fue a la deriva", opinó el biólogo marino Kevin Flannery. Esta es parte de la utilidad de sus enormes colmillos: se enganchan en los bloques de hielo para no caer mientras se echan una siesta.
Contra su voluntad, Wally se está convirtiendo en una atracción turística. Muchas personas han querido aprovechar para realizar una excursión y sacarle alguna foto en persona, y esto es un problema.
Tras dejar la costa de Kerry, Wally fue vista inicialmente en la costa de Tenby, pero desapareció después de que las multitudes aprovechasen el fin de semana de Pascua para acercarse a verla en motos de agua, a remo o en tabla de surf. El desencadenante fue una foto en la que la morsa aparecía echada en una grada para salvavidas durmiendo, donde los socorristas se encargaron de que nadie lo molestase.
Así es como llegó a Pembrokeshire, a apenas 15 km de Tenby. Pero parece que tampoco allí está a salvo. “No es como estar en un zoológico”, ha regañado Terry Leadbetter, fundador de la organización Welsh Marine Life Rescue, a través del diario ‘BBC’. "Entiendo que es un poco sensacional, y cuando lo sacaron por la grada, llamó mucho la atención. Pero las morsas son una criatura peligrosa y sus colmillos pueden herir fácilmente a alguien", continúa.
Su organización ha emitido una declaración junto con otras como Tenby Lifeboat Station, British Divers Marine Life Rescue y CSIP Marine Environmental Monitoring para advertir a los turistas del peligro que supone acercarse tanto para la morsa como para las personas lo hacen. Además, han recordado que la especie está protegida por la Ley de Vida Silvestre y Campo de 1981.
En la última semana Wally fue vista intentando subirse a algunos botes, le han dicho algunos testigos a ‘Live Science’, sin mucho éxito. Uno incluso volcó, asegura este medio.