El 30 de junio de 1908, un enorme meteorito cruzó el cielo de Siberia, en el norte de Rusia. Al instante, una megaexplosión lo iluminó todo y unos 2.000 kilómetros cuadrados de bosque fueron arrasados, llevándose por delante alrededor de 80 millones de árboles. Es lo que se conoce como el evento de Tunguska, que supuestamente dio lugar a la formación del misterioso lago Cheko, aunque nunca ha estado claro cómo se creó. Una expedición se adentrará en sus profundidades en 2022 y revelará cuál es su origen.
El origen de este lago siempre ha sido objeto de debate entre la comunidad científica. La primera expedición hasta su ubicación en el corazón de un remoto bosque siberiano fue liderada por el mineralogista ruso Leonid Kulik en 1927. El investigador rastreó el lugar y preguntó a los supuestos testigos para averiguar la trayectoria más probable del meteorito de Tunguska, pero no encontró ni rastro de la roca espacial.
En 2012, un grupo de científicos italianos dirigidos por Luca Gasperini quiso salir de dudas y se desplazó hasta el lago, donde realizó mediciones sísmicas de su fondo, y analizó los sedimentos en su interior. Su investigación concluyó que había materia pedregosa densa debajo del suelo, un supuesto remanente del meteorito. Pero no pudieron confirmarlo.
En 2017 de nuevo se abrió el debate en torno al origen del lago Cheko. Investigadores de Rusia cuestionaron que se formase coincidiendo con el evento de Tunguska, y realizaron análisis geoquímicos y bioquímicos que, aseguraron, dató en unos 280 años una de las muestras recolectadas en el lago, mucho antes de la caída del meteorito.
Científicos rusos viajarán a la reserva natural de Tungussky en la región de Krasnoyarsk, Siberia Central, a fines de febrero de 2022, según publica The Siberian Times, para adentrarse en las aguas del lago Cheko.
El equipo de investigadores buceará a 30 metros de profundidad bajo las aguas del lago Cheko, que tiene un total de 54 metros. Allí, los científicos recogerán muestras de sedimentos que revelarán si se trata realmente de un lago de cráter de impacto.
El meteorito que impactó en Siberia en 1908 generó una explosión de 12 megatones, equivalente a 185 bombas de Hiroshima, pero su ubicación remota no causó muertes humanas, aunque miles de cadáveres carbonizados de renos aparecieron esparcidos en el bosque. Con motivo de su aniversario, cada año se celebra el Día Internacional de los Asteroides el 30 de junio.