El otoño no ha entrado aún en su recta final y al recordatorio del frío que está por venir se han sumado las primeras nevadas en unas cuantas ciudades. Por suerte, aunque los planes se quedan en interiores probablemente durante una buena temporada, el cielo nos va a regalar un espectáculo al final de la semana que sacará de casa a los amantes de la naturaleza y la astronomía. La noche del domingo al lunes una lluvia de estrellas va a sobrevolar la estampa navideña. Si vives cerca de la sierra disfrutarás doblemente de las 'leónidas' con la montaña blanca de fondo. Mejor no perdérselas.
Desde el pasado 6 de noviembre y hasta el día 30, las 'leónidas' atraviesan el cielo nocturno. Desde el último plenilunio el pasado 12 de noviembre, conocido como 'luna del castor', el satélite ha eclipsado el brillo del resto de astros, por lo que, seguramente, no te hayas percatado de estrella alguna.
Por suerte, la Luna va menguando y para la noche del domingo al lunes, cuando las 'leónidas' alcanzarán su pico máximo (caerán entre 10 y 20 por hora), los cuerpos celestes compartirán el resplandor. Según indica el Observatorio Astronómico Nacional, la hora perfecta para atisbar su brillo fugaz serán las 05:49 (hora peninsular), pero no te alarmes porque a lo largo de la noche, siempre y cuando las nubes lo permitan, serán visibles.
Ya que vas a emplear toda una noche mirando al cielo en busca de estas estrellas, por qué no conocer un poco de su historia. Su nombre, como suele ocurrir con estos eventos, lo recibe por la constelación en la que se originan, Leo. Por su posición, lo más recomendable para 'cazarlas' es fijar la mirada en el este.
Las estrellas que vas a ver (no olvides pedir un deseo) son en realidad meteoros. Concretamente, son el polvo –los restos– que deja por el camino el cometa 55P/Tempel-Tuttle, cuya órbita coincide a lo largo del mes de noviembre con la del planeta Tierra. De esta manera, algunos de los meteoros llegan a impactar en nuestra atmósfera y se dejan ver como un destello en la oscuridad a medida que se desintegran.
Cada 33 años, las 'leónidas' alcanzan su pico máximo y se han dado casos en que 3.000 fueron registradas en una hora (2002). En 1833, hace más de siglo y medio, los testigos de la 'tormenta' de meteoros cuantificaron en torno a 72.000 en tan sólo una hora. El próximo pico no será hasta 2031.
Si verlas te sabe a poco y persigues la difícil tarea de inmortalizar un brillo que dura apenas unos segundos en el firmamento, lo mejor es que tengas en consideración los consejos de la NASA. Entre otras cosas, tendrás que equiparte con un trípode, una buena cámara, preferiblemente unas lentes de ángulo amplio para captar una mayor parcela del cielo y por supuesto deberás olvidar el modo automático porque lo más seguro es que pelee infructuosamente por enfocar una diminuta estrella. Por último, lo más obvio: aléjate de la contaminación lumínica de la ciudad.