Hace poco los medios de comunicación del mundo se hicieron eco del cambio de color del lago Lonar, en la India, que pasó de ser verde a teñirse de rosa. La Nasa publicó dos imágenes, una tomada el 25 de mayo, y otra el 10 de junio. No es la primera que vemos unas aguas cambiar de tono repentinamente. Ha ocurrido este año en los fiordos noruegos, en el lago balcánico Skadar, en el río asiático Mekong y en el Caspio, y en años anteriores en México, por ejemplo. También en nuestro país: ocurrió en 2018 en las lagunas de las Cañadas del Hoyo, en Cuenca. ¿Por qué ocurre? ¿Es malo?
En la mayoría de los casos, las algas tienen la culpa. Por ejemplo en las aguas del Manialtepec, en México, el año pasado una tormenta monumental desplomó la salinidad y se multiplicaron unos microorganismos que, con el movimiento, brillaban por la noche. Por el día, le daban un tono rosado de cuento al lago.
Y aunque se debió a un alga también en el Mekong, que dejó atrás su habitual marrón este febrero para teñirse de verde, en aquella ocasión las lluvias no tuvieron nada que ver. En cambio, la falta de precipitaciones y la sobreexplotación del río redujeron mucho su caudal, lo cual se tradujo en un transporte de sedimentos mucho menor. El río se cristalizó y las algas proliferaron, dándole ese aspecto, que también la Nasa pudo observar desde las alturas.
De lo más llamativos es el caso de los fiordos noruegos. El bellísimo aspecto del fiordo Hardanger el 30 de mayo de 2020, de un azul turquesa, se debió a la floración del llamado E. huxleyi, según identificó la Nasa. Como ves, no siempre adquieren el mismo color porque no siempre es el mismo alga ni las condiciones de temperatura y salinidad son las mismas. Otro ejemplo, en su caso el cambio fue a rojo, es el salado lago Urmia de Irán, donde el el caudal varía con las precipitaciones y el deshielo en la montaña, lo cual hace que este se llene de agua dulce y sus características cambien drásticamente entre abril y julio.
Hay un misterio aún sin resolver, no obstante: el del lago Lonar. Es el caso más reciente, y el más sonado, a falta de una evidencia científica que lo explique. “Los científicos recolectaron muestras del lago y están esperando los resultados de laboratorio antes de poder decir con certeza qué causó el cambio”, enuncia la información de la Nasa.
Todas las hipótesis apuntan, eso sí, a la vida microscópica que estaría brotando en él por las altas concentraciones de sal en sus aguas.
Lo comparan con el Hillier, en Australia, que obtiene su color de Halobacteriaceae, un microorganismo de color rosa. Lo más probable es que se trate del mismo ser vivo, especialmente dado el calor que ha hecho en la India en los últimos meses. Con altas temperaturas, esta alga prolifera, por eso suelen observarse más cambios de color de lagos en el mundo durante el verano.
El misterio de Lonar se debe en parte a que es una concentración de agua muy diferente a cualquier otra en la Tierra. Es “la única estructura de impacto "fresca" en basalto en la Tierra, por lo que es un análogo importante para los cráteres de impacto en la superficie de la Luna”, explica la Nasa.
Sea como sea, lo más seguro es que este verano, que se plantea caluroso, veamos en múltiples lagos y ríos del mundo este cambio de color tan extraño que siempre llama la atención desde el espacio.