Hace poco, la noticia de que un búho había aparecido en el árbol de Navidad de Nueva York dejó atónito al mundo. Pero, ¿te imaginas que en vez de un búho hubiese sido un koala? Le ha pasado a una familia australiana que ya había puesto los decorativos cuando se encontró al animal encaramado entre las ramas. “¿Es una broma?”, dijo la madre al darse cuenta.
Los McCormick no daban crédito a sus ojos. El pasado miércoles, al llegar a casa, pensaron que les habían robado al ver el desastre. Entonces la madre se percató de un peluche en el árbol de Navidad. "Es una broma de mis hijos", pensó, según le ha contado a 'The Guardian'. Pero nada más lejos de la realidad.
Ni habían sido sus hijos, ni se trataba de un peluche. Prueba de ello era que el koala hizo un intento de comerse las hojas de plástico del árbol. A estos animales tan tiernos, por amigables que parezcan, no suele gustarles que les toque, lo cual en Australia es de sobra conocido, así que llamaron a una fundación.
Voluntarios de Adelaide and Hills Koala Rescue (1300KOALAZ en Facebook), una organización no gubernamental que ayuda a estos marsupiales, llegaron al rato a su casa, aunque sin terminar de creer del todo la historia. Cuando llegaron vieron que, efectivamente, un koala se había colado en la casa de los McCormick y había encontrado el rincón perfecto en su árbol de Navidad.
Una anécdota rara pero por desgracia también un reflejo de la situación que sufren los koalas en Adelaida. En esta región de Australia, la tala de árboles les está dejando sin hábitat y cada vez es más frecuente verles deambular demasiado cerca de los vecindarios.
Eso sí, mejor encontrarte un koala en tu árbol de Navidad que confundir una guirnalda con una serpiente de un metro, como le ocurrió a una mujer en Melbourne en 2016, ha recordado ‘Science Alert’. ¿Puedes encontrarla en la siguiente imagen?
Lo que está claro es que, si algo tiene Australia es, sin duda, fauna salvaje.