La seguridad en los colegios, las informaciones sobre las mejores mascarillas, la limpieza en las rutas escolares es exhaustiva, pero seguimos pensando cómo adaptarnos con más facilidad a esta nueva realidad. Y los inventos se sucede. Es lo que ocurre con la mascarilla que detecta fiebre.
La mascarilla a primera vista parece una mascarilla higiénica de lo más común, pero al acercarla a una fuente de calor descubrimos que cambia de color. Se trata del nuevo invento para detectar cuando alguien tiene fiebre. Está creado para las personas que pasan muchas horas en espacios cerrados, como los médicos, o los trabajadores de las residencias, pero también son útiles para los niños y su vuelta al cole.
Pero no es la única alarma que puede acompañarlos a los niños a clase, hoy se está realizando una prueba piloto de una tarjetas que vibran cuando un pequeño se acerca a menos de metro y medio de un aula burbuja que no le corresponde. Cuando la tarjeta vibra deben dar un paso atrás y si alguno quiere saltarse la norma, la informática se chiva a los profesores, les envía una alerta a la tablet. Un instrumento que permite que los alumnos puedan jugar en un mismo patio sin necesidad de separarlos físicamente.
Fórmulas para hacerles comprender que deben tomar todas las precauciones, como unos sellos que desaparecen a lo largo del día, sólo si se han lavado las manos al menos cinco veces. Una manera eficaz para que los niños se laven las manos a diario con agua y jabón para evitar el contagio.
O ese invento de tres ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA denominado PULSE. Se trata de un singular invento que tiene forma de collar y que evita que nos podamos llevar las manos a la cara de manera inconsciente. El proyecto ha adquirido la forma de un collar porque es, de todos los posibles complementos que podemos vestir, el que mejor se adapta a las necesidades de uso, ya que cuando detecta que levantamos las manos en dirección a nuestro rostro, emite una vibración que nos lo hace consciente.
Una empresa alicantina ha patentado una mascarilla sin filtro capaz de eliminar el virus mientras se respira, gracias a una cortina láser UV-C. La propuesta, de Flat Tbue Energy, conseguiría acabar con la contaminación provocada por los residuos de las mascarillas desechables, asegura la compañía en un comunicado. Gracias a dos startups con clara apuesta I+D de la Universidad Miguel Hernández UMH) de Elche y Fondo Emprendedores de Repsol, se ha conseguido una mascarilla 'made in Spain' basada en tecnología ultravioleta de baja frecuencia, emitida por diodos láser dirigidos, que permite en una cámara confinada laberíntica destruir el coronavirus, entre otros patógenos, mientras se respira. Todo ello con una batería con 10 horas de autonomía que se recarga como un teléfono móvil