Desde hace más de 11 semanas las llamas engullen Siberia y el humo de los incendios ya supera, en superficie, el tamaño de la Unión Europea (con una extensión de 4,476 km(2)), incluso podría llegar a duplicarlo. Más de 900.000 hectáreas de bosque arden a su vez en Alaska, que el pasado julio batió su récord de temperatura máxima con 32ºC en la región de Anchorage. Y este no es el único récord que se ha batido: los incendios del Ártico son los más duraderos que ha habido nunca, según ha confirmado el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF).
Los mapas que monitorean los incendios alrededor del mundo muestran cada vez más puntos rojos que representan nuevos focos. Es habitual que el fuego devore algunas zonas del Ártico durante el verano, pero los 5 millones y medio de hectáreas de bosque que las llamas arrasan este año están haciendo saltar las alarmas. En total, según datos del servicio de vigilancia de la atmósfera Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), el dióxido de carbono que se ha desprendido de estos incendios supera el promedio anual de Suecia. Si nos centramos en las emisiones por el fuego en Alaska, la cifra supera las cantidades de CO2 anuales del estado duplicadas.
El humo del fuego que afecta a Siberia es visible desde el espacio, como muestran los satélites de la NASA, y está llegando arrastrado por el viento a ciudades cercanas de Rusia y la vecina Mongolia. Uno de los grandísimos problemas que se derivan de que una enorme masa gris cubra el cielo, explicó a Euronews el investigador del Instituto Meteorológico de Finlandia Antti Lipponen, es que "el humo absorbe la radiación solar que de otra manera sería reflejada de vuelta al espacio por las nubes", lo cual acabará influyendo en el clima.
*Imagen: NASA Worldview, Earth Observing System Data and Information System (EOSDIS)
Tampoco el hielo de Alaska refleja ya la luz solar. En la actualidad hay que alargar la vista 240 kilómetros desde el estado más frío de EEUU para ver el glaciar más cercano. En 2013, el hielo todavía llegaba a su costa, según los datos del National Snow and Ice Data Center (NSIDC). Un investigador del mismo centro afirmó que el 1 de agosto de este año se registró la mayor pérdida de hielo marino en un solo día, según publicó el Washington Post.
*Imagen: NASA Earth Observatory/Joshua Stevens
Otra consecuencia inevitable del incendio más longevo del Ártico es la pérdida de permafrost y el carbono que se libera a la atmósfera cuando esto sucede. Los bosques boreales y la tundra del Ártico son la 'protección' del permafrost, el hielo permanentemente congelado bajo la capa superficial. "Cuando quemas el suelo de encima es como si tuvieras un refrigerador y abrieras la tapa: el permafrost subyacente se descongela, permitiendo que el suelo se descomponga y degrade, por lo que está liberando aún más carbono hacia la atmósfera", publicó la NASA.
Greenpeace Rusia ha denunciado la inacción de las autoridades en zonas donde no están obligados a extinguir el fuego y se teme que la cifra de superficie quemada en 2012, de 18,1 millones de hectáreas, podría superarse si no se logran controlar los incendios. La organización ecologista advierte de la pérdida de unos 13.000 animales que viven en la taiga siberiana.
En un artículo publicado por 'Los Angeles Times', se informa de que hace cuatro años Rusia aprobó un paquete de medidas que permitía no actuar para extinguir incendios forestales a menos que "tuviera sentido económico apagarlos". El presidente, Vladimir Putin, finalmente envió aviones y helicópteros del ejército a la zona afectada cuando el humo comenzó a colarse en las ciudades de Novosibirsk y Krasnoyarsk.
Para empezar, como ha indicado el servicio de monitoreo Copernicus (CAMS), son "de lejos los incendios forestales más duraderos que se han registrado nunca", tras casi 12 semanas arrasando la región. La misma institución informó hace meses de las temperaturas anormalmente altas y la bajísima humedad del suelo, condiciones que suman en la propagación del fuego en caso de incendio.
Aunque resulta complicado establecer la relación directa entre la gravedad de los incendios y el cambio climático, los datos evidencian una situación sin precedentes. Más emisiones que nunca, un mes de julio 0,56ºC más caluroso (media del periodo 1981-2010) a nivel mundial y una latitud e intensidad alarmantes, ha informado CAMS.
*Imagen: Comparativa de las emisiones de CO2 procedentes de incendios forestales en el Ártico / CAMS
La comparación con incendios que han tenido lugar en años anteriores pone en evidencia la creciente gravedad que plantea el fuego en esta región a medida que el mundo se calienta.
El 2019 está siendo trágico en lo que a calor e incendios se refiere. Al fuego en el Ártico y en la Amazonia se suman cerca de 700 focos activos en Indonesia. Por si fuera poco, julio fue el mes más caluroso de media que se ha vivido en la Tierra desde que se tienen registros. A lo largo del verano hemos visto la fotografía que dio la vuelta al mundo de unos huskies tirando del trineo de los investigadores que analizan el grosor del hielo marino en el Ártico atravesar el agua donde debía haber hielo, o la imagen de los renos echados en la playa en Finlandia. Se trata de informaciones que, por desgracia, evidencian lo que ya intuíamos: el mundo en la actualidad es más inflamable que en cualquier otro momento de la historia.