Un guante con inteligencia artificial y aprendizaje automático podría revolucionar la forma de diagnosticar y tratar el párkinson, una enfermedad neurológica que afecta a millones de personas en el mundo.
El Dr. José Javier Hernández Martínez, Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínica Benidorm, y su equipo de Ditengloves, han creado un dispositivo que puede identificar el párkinson con un 98% de fiabilidad, comparando los datos de los temblores de las manos de los pacientes con los de otras patologías similares, como el temblor esencial, una hernia o hipertiroidismo.
El guante, desarrollado en Villena (Alicante), no solo facilita el diagnóstico, sino que también abre la puerta a una medicina más personalizada y eficiente.
El Dr. Hernández, líder médico del proyecto, explica que el objetivo de la empresa es “crear un algoritmo matemático que sume todo lo nos pueda hacer conocer mejor a los temblores como las posiciones espaciales o la suma de la frecuencia del temblor. El dispositivo cuenta con doce receptores que suman esta información entre sí y la comparan con los datos que tienen almacenados de otros pacientes con patologías similares y que es lo que hace que seamos capaces de decir qué enfermedad padece esa persona con solo hacer una prueba que dura cuatro minutos”.
Hernández señala que el párkinson y otras enfermedades neurológicas tienen temblores distintivos, pero que son tan variables que incluso los médicos más expertos pueden equivocarse al diagnosticarlos visualmente. “Nuestra herramienta superará estas limitaciones y ofrece una evaluación más precisa”, señala el Dr. Hernández.
El guante, que se presenta como una herramienta de diagnóstico, tiene un enfoque en la detección precoz, que es fundamental, ya que el diagnóstico actual del párkinson puede tardar hasta tres años, un retraso que el equipo quiere reducir notablemente. Hernández pone como ejemplo casos de pacientes con tumores de tiroides que han esperado dos años solo para descubrir que su problema no era neurológico. “Esto es lo que estamos tratando de evitar con este guante”, dice.
El médico indica que la mitad de los temblores no tienen que ver con la neurología, y que el 30% de los pacientes con párkinson no tienen temblores. Además, el 25% de los neurólogos fallan en el diagnóstico la primera vez, y hasta los especialistas pueden tener un error del 8%. “Todo esto ha hecho que hayamos querido ir perfeccionando nuestros guante durante los últimos años hasta alcanzar la fiabilidad del 98% en los diagnósticos”.
El neurólogo resalta la complejidad de los temblores relacionados con el párkinson y otras patologías neuronales, que dificultan el diagnóstico visual. “Visualmente, el temblor asociado con el párkinson es casi imperceptible, lo que complica aún más el diagnóstico. Nuestra herramienta supera las limitaciones visuales y proporciona un análisis detallado”, concluye el Dr. Hernández.