Para combatir la sequía, en Gran Canaria llevan años mejorando sistemas que atrapan la humedad de la niebla. El método es bastante sencillo. Bastan unas mallas y el habitual flujo de vientos alisios que sopla sobre el archipiélago canario para recoger el agua que no dan los cielos. Así funciona.
Extensos mares de nubes se forman típicamente sobre las islas Canarias. Sin embargo, las precipitaciones escasean durante gran parte del año, y los suelos sufren el estrés hídrico de manera notable.
Por ello, desde hace unos años unas estructuras de aproximadamente 4 metros recubiertas de enormes mallas se han convertido en el mejor aliado de la vegetación en Gran Canaria. Una tecnología bastante sencilla que atrapa la humedad del aire, recogiendo las gotitas de agua que arrastran los vientos alisios al archipiélago, y almacenándolas tras canalizarlas a través de unas tuberías.
Después, esa agua se distribuye a diferentes puntos de la isla, de manera que riega la vegetación sin gastar recursos hídricos, a partir de la niebla. Cada estructura puede recoger unos 20.000 litros al año.
De esta manera, se podrán reforestar zonas desertificadas del mundo y se podrá abastecer a regiones muy áridas, como se hace ya por ejemplo en el desierto de Atacama, con este método que han bautizado ‘Atrapanieblas’.