Unos gusanos llamados ‘serpiente’, del género Amynthas, se están extendiendo por los boques de Estados Unidos y traen de cabeza a los científicos, incapaces de pararlos. En apariencia, son idénticos a las lombrices de tierra, en cambio son mucho más escurridizos, se reproducen con suma facilidad y resultan devastadores para el medioambiente porque erosionan el suelo. ¿De dónde han salido?
Los gusanos invasores que reciben el apodo mediático de ‘locos’ son casi magos. Si intentas sostener uno en tu mano, el gusano se retorcerá, saltará y, si no es capaz de soltarse, dejará atrás su cola. Y voilà, volverá a las andadas libre.
La especie de este invertebrado es originaria del este de Asia. Se cree que llegó a Norteamérica por primera vez en 2013, puede que en un barco de transporte, y ha encontrado el lugar idóneo para asentarse en los bosques de 15 estados, que se tenga constancia (Wisconsin, Missouri, Illinois, Iowa, Minnesota, Nebraska, Ohio, Texas, Louisiana, Indiana, Kansas, Indiana, Kentucky, Tennessee y Oklahoma, según ‘Newsweek’). Allí los llaman gusanos saltarines por su comportamiento agitado al ser sostenidos.
A diferencia de las lombrices que estamos más acostumbrados a ver, estos gusanos se suelen mover por la superficie de la tierra, sin enterrarse. El motivo de su nombre popular, ‘serpiente’, es su movimiento: reptan igual que lo hace por ejemplo una culebra. Son auténtico terror cuando aparecen en el jardín de un vecino, ya que donde hay uno, puede haber cientos.
Entre el final del verano y el comienzo del otoño, los gusanos se alimentan y crecen, y al tiempo que lo hacen depositan sus capullos llenos de huevos. Uno de los mayores problemas es la reproducción: no requieren de una pareja para poner huevos, pueden hacerlo por sí solos. Además, los capullos que contienen los huevos resisten heladas y sequías extremas. Es decir, son prácticamente indestructibles y se multiplican con mucha rapidez.
Que sean numerosos no tendría por qué ser un problema, de no ser porque al ingerir la capa superior del suelo, sueltan una especie de posos de café inservibles y así van agotando los nutrientes que necesitan las plantas nativas. Son una verdadera amenaza para los ecosistemas de las zonas rurales.
En cuanto a su expansión por los EEUU, se cree que viajan en los neumáticos de vehículos o en el flujo de riachuelos, quizá incluso gracias a la comercialización de plantas entre estados. Al llegar a su nuevo destino, se adaptan sin demasiadas complicaciones.