"Sospechamos que el gusano gigante era radicalmente diferente de otros gusanos que comen madera", comenta Margo Haygood, autora principal del estudio publicado en la revista 'PNAS' y profesora de la Universidad de Utah, Estados Unidos.
Tras llegar a una fosa en Filipinas, una laguna con olor a huevo podrido y madera que se descomponía en el agua, pudieron hacerse con un ejemplar de 'Kuphus' que, como el resto de los suyos, vive hundido profundamente entre la madera como si de una zanahoria se tratara. Después, el equipo de investigación se amontonó mientras uno de los científicos lavaba cuidadosamente el barro pegajoso que se extendía hasta el exterior de la concha del gusano gigante y quitaba la tapa superior, revelando a la criatura que vivía en su interior.
"Me sorprendió cuando vi por primera vez la enorme inmensidad de este extraño animal", dice el investigador del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Filipinas, Marvin Altamia. Es lógico: según los investigadores, jamás habían visto uno vivo de cerca.
¿Por qué es un animal tan especial?
La respuesta puede estar en el remoto hábitat en el que se encontró, una laguna cargada de madera podrida. Los gusanos de los barcos comunes atacan los troncos de los árboles sumergidos en las aguas, que comen y digieren con la ayuda de bacterias. Pero a diferencia de sus primos, 'Kuphus' vive en el barro, un lugar es bastante apestoso ya que el lodo orgánico rico en torno a su hábitat emite sulfuro de hidrógeno, que tiene un distinguible aroma a huevo podrido. Este entorno puede ser nocivo para el ser humano, pero para este gusano gigante es una auténtica fiesta.
Sin embargo, 'Kuphus' no come. En su lugar, delegan en bacterias que viven en sus branquias para que hagan la comida por ellos. Como 'chefs', estas bacterias utilizan el sulfuro de hidrógeno como energía para producir carbono orgánico que alimenta al gusano. Este proceso recuerda es similar al que hacen las plantas durante la fotosíntesis.