Unos gusanos diminutos llamados planarias son capaces de detectar la luz incluso aunque les cortes la cabeza. Y eso no es todo. Estos animales pueden, además, regenerar partes de su cuerpo que han perdido.
Un equipo de investigadores ha analizado el comportamiento de las planarias en laboratorio en repetidas ocasiones desde que descubrieron que pueden sobrevivir incluso decapitadas. Ahora han centrado su atención en la detección de luz ultravioleta de estos animales. Sus resultados se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Las planarias son gusanos planos que pueden vivir en agua dulce, mares y en tierras húmedas. Poseen dos ojos muy sensibles a la luz ultravioleta (UV) unidos a un haz centralizado de ganglios. Generalmente hacen uso de los cilios (unas estructuras parecidas a los pelos) en presencia de luz UV para alejarse, pero estos diminutos seres de apenas unos milímetros no requieren de ojos ni cerebro para detectar la luz UV.
¿Cómo se explica esto? El secreto está en la producción de una proteína llamada opsina que les permite ver cuando son mutilados. Esta proteína es sensible a la luz UV, lo cual explica que a pesar de carecer de ojos los gusanos puedan escabullirse cuando los investigadores encienden una bombilla después de cortarles la cabeza.
Aunque no todos los gusanos planarias tienen esta ‘magia’, solo los adultos. Lo que eso significa es que las células sensibles a la luz maduran después de la eclosión.
Para ir un paso más lejos, los científicos probaron a utilizar luz UV cuando el gusano estaba dormido. Mientras que detectaron que no reaccionaba a otros estímulos visuales, sí lo hacía en cambio a la luz UV, que le hacía alejarse de la zona iluminada. Sospechan que lo hacía porque el cuerpo se activa en presencia de esta luz aunque el gusano siga durmiendo.