Las babosas marinas pueden cortarse la cabeza y hacer crecer un cuerpo nuevo
Un grupo de investigadores estudió dos especies de babosas marinas
En el experimento, ambas especies se decapitaron y consiguieron desarrollar un nuevo cuerpo
Se cree que lo hacen como mecanismo de defensa ante una infección
“Como una película de terror” describe su hallazgo la investigadora Sayaka Mitoh. Las babosas marinas pueden cortarse la cabeza y no sólo sobrevivirán, sino que harán crecer un cuerpo nuevo. Y su habilidad no acaba ahí.
El descubrimiento fue inesperado. Esta mujer analizaba las babosas marinas y una de ellas había perdido su cuerpo. Su cabeza se arrastraba por el fondo del tanque de agua y los científicos pensaron que no tardaría en morir, pero nada de eso. Sin corazón y el resto de órganos vitales de su cuerpo, la babosa siguió viva, y durante varios días fue reemplazando su cuerpo. El hallazgo se publica en ‘Current Biology’.
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No es el único animal con esta capacidad asombrosa. Generalmente se dan cuando pierden alguna extremidad como un brazo al ser atacados por depredadores. Los ciervos, por ejemplo, pueden regenerar sus cuernos, los murciélagos, sus alas, y las lagartijas, sus colas.
Sobrevivir sin cuerpo ni órganos
Las babosas marinas pertenecen a un grupo llamado sacoglossans, y el motivo por el que pueden sobrevivir sin órganos vitales es que tienen una inusual habilidad para fotosintetizar como plantas.
Al darse cuenta de que las babosas sin cabeza no morían los investigadores observaron dos especies: la Elysia marginata, que se cultiva en el laboratorio, y E. atroviridis, recolectada de la naturaleza. Cinco ejemplares de la primera especie se decapitaron en un proceso llamado ‘autotomía’, y la herida cerró en un día. En unas horas, los especímenes empezaron a alimentarse de algas y así realizaban una especie de fotosíntesis.
En el caso de la segunda especie, tres ejemplares se autotomizaron –según creen los investigadores– para deshacerse de los parásitos que habían adquirido de unos pequeños crustáceos conocidos como copépodos. En ambas especies, a los pocos días empezaban a desarrollar nuevos cuerpos, y a las tres semanas habían reemplazado el 80 % de su cuerpo con órganos vitales incluidos.
Los cuerpos sin cabeza pueden vivir meses
Pero la rareza de estas babosas no acaba ahí: también sus cuerpos sin cabeza pueden sobrevivir días e incluso meses. Incluso se puede ver cómo el corazón sigue latiendo dentro de ellos. Sin embargo estos no son capaces de desarrollar una nueva cabeza y acaban muriendo.
"Creemos que esta es la forma más extrema de autonomía y regeneración en la naturaleza", le ha dicho a WordsSideKick la autora principal, Sayaka Mitoh, de la Universidad de Mujeres de Nara en Japón. ¿Cómo lo hacen? Todavía no se sabe exactamente.
Mitoh y su equipo de laboratorio creen que se debe a las células madre indiferenciadas que tienen potencial para convertirse en cualquier tipo de célula.