A algunos puede parecerle un asunto gracioso, pero muchos han sufrido los aprietos de que se le escape un gas en público. Y si huele, la situación puede ser más embarazosa. Los gases, que unas personas tengan más que otras, que huelan más, son un reflejo del sistema de vida, la alimentación, patologías, entre otras, como explican los especialistas.
La dieta, el consumo de medicamentos, la presencia de patologías digestivas, como la intolerancia a la lactosa, a la fructosa, o la dispepsia funcional, pero también si se realiza actividad física o no, son factores que inciden en que se sufran o no más gases, según explica el doctor Antonio M. Moreno García, experto de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz).
También el olor de las flatulencias es una señal de la que advierte el especialista de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), que considera importante conocer la composición del gas intestinal: hidrógeno, dióxido de carbono y metano, así como por otros gases que tienen menor concentración.
Sin embargo, asegura este experto "las características odoríferas se deben a los derivados del azufre (metanotiol y sulfuro de dimetilo), que se producen como consecuencia de procesos de fermentación de las bacterias que componen la flora intestinal".
Moreno García apunta directamente a determinados hábitos como el consumo de "bebidas carbonatadas, chicle, alcohol, se fuma, se come muy rápido, o se toman ciertos alimentos pueden aparecer los gases intestinales o pedos, como vulgarmente los llamamos. "Otro punto importante es el sedentarismo. El ejercicio físico suave, adaptado a la condición física de cada persona, mejora la motilidad del intestino, contribuyendo a que el gas no cause síntomas", argumenta.
Los alimentos que más gases producen son los más ricos en azúcares y fibra, porque según este especialista, las bacterias que componen la flora intestinal, a nivel colónico, producen una fermentación de estas sustancias, liberando gas en dicha reacción química".
Los productos integrales tomados en exceso, por su alto contenido en fibra, pueden provocar un exceso de flatulencias. "Dicha fermentación de los alimentos ricos en fibra explica también el por qué las legumbres y ciertas verduras como las coles, brócoli, pimientos, etc., tienen capacidad para producir gases".
-Comer despacio y masticando bien los alimentos. Es importante realizar cinco comidas al día, y tomarse tiempo para realizarlas, al menos 20 minutos.
-Reducir o evitar el consumo de bebidas carbonatadas o gaseosas
-Consumo moderado de bebidas alcohólicas. El alcohol ralentiza la musculatura del tubo digestivo, produciendo retrasos en el vaciamiento gástrico y motilidad del intestino, conduciendo a la acumulación gas en nuestro tracto digestivo.
-No masticar chicle, ni tomar caramelos, porque estos aumentan la cantidad de gas que pasa a nuestro tubo digestivo.
-Beber de un vaso y no directamente de la botella, para ingerir menos aire.
-Reducir la ingesta de alimentos más flatulentos: como las habas, judías, garbanzos, etc. y coles de Bruselas, coliflor, .
-No hablar en exceso durante las comidas pues deglutimos más aire.
-Evitar comidas excesivamente grasas como fritos, pues tienen un efecto negativo el vaciamiento del estómago y sobre el movimiento intestinal, retrasando los mismos.
-Realizar ejercicio físico suave-moderado de forma habitual, adecuado a la condición física de cada persona. Esto ayuda a mejorar la motilidad del tubo digestivo, evitando la acumulación de gas.