El 2020 no ha sido el mejor año en términos generales, pero nos ha traído algunos eventos astronómicos remarcables. Desde el eclipse penumbral de Luna que estrenó enero hasta la luna llena que encenderá el cielo el último día del año, pasando por el máximo acercamiento del cometa Neowise, que pudo verse sin grandes esfuerzos en las noches de verano. Diciembre, el mes más oscuro, será novedoso en este sentido: nos esperan dos lluvias de estrellas y una conjunción de planetas, entre otros sucesos.
En los próximos días, la luna menguante va a ir acurrucándose con Venus, aunque apenas será visible por su casi coincidencia con la luna nueva. Mientras tanto, remanentes de un asteroide llamado Faetón se colarán en la atmósfera terrestre, produciendo una lluvia de estrellas fugaces que iluminarán el cielo nocturno hasta mediados de diciembre. Se trata de las Gemínidas, de las más conocidas del año porque suceden en un mes de muchas horas de penumbra.
El máximo de las Gemínidas será el 14 de diciembre, aunque desde el día 4 hasta el 17 serán en visibles en las noches despejadas. Su tasa de actividad supera los 120 meteoros por hora, que cruzan la atmósfera a una velocidad de 35 kilómetros por segundo. Es, junto a las cuadrántidas de enero y las perseidas de agosto, la lluvia de estrellas lluvias más activa del año, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
El mismo día del máximo de las Gemínidas, 14 de diciembre, en el Hemisferio sur podrá disfrutarse un eclipse total de Sol. Concretamente, se verá en algunas islas del Pacífico, en Sudamérica y en la remota Antártida.
Sol, Luna y Tierra se alinearán de manera que la Luna tapará por completo el Sol y proyectará su sombra a la Tierra. El día se hará noche en estas regiones del mundo entre las 13 horas y 34 minutos TU (Tiempo Universal) y las 18 horas y 53 minutos TU.
El evento más esperado y uno de los más esperados del año y de la década es, sin duda, la conjunción de Júpiter y Saturno el 21 de diciembre. Ambos irán estando más bajos en el cielo, y más juntos entre sí, a medida que pasen los días, y podrán ser confundidos con estrellas por su brillo especial a lo largo del mes.
Antes de su ‘beso’ la noche del 21, la Luna creciente los visitará los días 16 y 17, sin llegar a eclipsarlos por su escaso brillo pero lo suficientemente luminosa para ser visible.
Los expertos creen que habría que retroceder varios siglos, hasta la Edad Media, para remontarnos a la última gran conjunción de estos planetas gigantes. Y, de hecho, apuntan los astrónomos, no volverá a ocurrir hasta 2080.
La misma noche del acercamiento de Júpiter y Saturno, se producirá el solsticio de invierno.
Ambos hemisferios de la Tierra no reciben la misma cantidad de luz solar al mismo tiempo, sino que mientras aquí se dé inicio al invierno, en la “mitad” sur darán paso al verano. Esto sucede por la inclinación de la Tierra con respecto al Sol, de unos 23,5 grados. Así, mientras una región del mundo se enfría una temporada, la otra se calienta al recibir más rayos en el mismo periodo.
El solsticio marcará el tránsito del otoño al invierno astronómico. Una creencia equivocada habitual es que el día del solsticio es el más frío del año. Sí es, en cambio, uno de los más cortos, pero la energía retenida en los océanos y la tierra todavía tardará en ser liberada aproximadamente otro mes, por lo que generalmente los días más fríos se dan a mediados de enero.
A partir del día del solsticio, 21 de diciembre, irá amaneciendo unos segundos antes y anocheciendo unos segundos más tarde, por lo que se alargarán los días. Al principio lo harán despacio, y a medida que se acerque la primavera, que arrancará el 20 de marzo de 2021, lo harán más deprisa.
Las estrellas úrsidas serán las últimas, junto a las coma berenícidas, en cruzar el cielo de 2020. Las primeras alcanzarán su máximo el día 22, y las segundas el día 19. No obstante, con una luna más brillante y la poca densidad que se espera de estos meteoroides que tomarán el relevo a las Gemínidas, será más complicado que podamos verlas.
El último plenilunio del año será precisamente la penúltima noche de 2020. Se conoce por luna fría porque marca la época de más nevadas y más heladas, dando paso al mes de enero. También hay quien la llama luna de nieve.