Magia en Teruel con el equinoccio: el túnel que se ilumina o el santuario solar más antiguo que Stonehenge
En el municipio de Valdealgorfa, en Teruel, están orgullosos de su túnel
En el Frontón de Tía Chula (Oliete) también hay un santuario solar
En Huesca, en la iglesia de Santiago de Agüero también hay una iluminación especial
Cuando se produce el equinoccio de primavera y otoño, se vive un momento 'mágico' en el municipio de Valdealgorfa, en Teruel: el túnel del ferrocarril que antaño conectaba Zaragoza con Tortosa (Tarragona) se ilumina y, por unos instantes, los más de dos kilómetros de vía brillan sin más luz que la del sol. Aunque es un evento poco conocido, son muchos los curiosos que cada año se acercan a disfrutar de este espectáculo de luz.
Hablamos, pues, de un túnel único. No por su longitud ni por sus dimensiones, sino porque se construyó en una longitudinal que se alinea perfectamente con el sol dos veces al año. Ocurre en los equinoccios de primavera y de otoño. Es el único túnel de España en el que se puede tomar el sol en su interior. Desde hace años, es el único fenómeno físico que cruza por el túnel, porque hace tiempo que los trenes dejaron de transitar por él.
Se trata de uno de los orgullos de la localidad, que año tras año invita a los turistas a visitar, acompañándolo de un café con pastas típicas de la región. Un plan perfecto para disfrutar en familia si tenemos en cuenta que este año coincide con festivo para celebrar el Día del Padre.
En el Frontón de Tía Chula (Oliete), del 19 al 29 de septiembre el sol entra por la abertura de una roca iluminando unas pinturas rupestres que hay enfrente de la montaña. Es otro fenómeno que no todo el mundo conoce. Hablamos de un santuario solar mucho más antiguo que Stonehenge, aunque mucho menos conocido que el inglés. Hace más de 4.500 años, este lugar situado en el Parque Cultural del Río Martín era utilizado como calendario de inicio y fin de la temporada de las cosechas.
En Huesca, en la iglesia de Santiago de Agüero, cada solsticio de invierno, el sol entra por una de las ventanas del santuario para iluminar una figura humana esculpida en el único capitel que está en segundo plano.