Este martes 5 de octubre se cumplen diez años del fallecimiento de Steve Jobs, uno de los míticos cofundadores de Apple, considerado un visionario y revolucionario del ocio digital, la computación personal y la telefonía móvil. Diez años después de su muerte la empresa que fundó sigue liderando muchos de esos mercados gracias a su extenso legado.
Steve Jobs falleció el 5 de octubre de 2011 a los 56 años de edad, víctima del cáncer de páncreas que padecía desde hacía años. En agosto de ese mismo año había dejado su puesto en la compañía, cediendo el cargo de CEO a Tim Cook, quien ha estado al frente de Apple desde entonces.
Y a la compañía de la manzana no le ha ido nada mal desde entonces. Sus productos, con el iPhone, el iPad y el Mac a la cabeza, siguen liderando ventas y buena imagen entre los usuarios y las acciones de de la compañía valen diez veces más que hace diez años. A la muerte de Jobs la acción de Apple estaba valorada en 14 dólares y hoy lo están en 142,65 dólares.
Apple presentó hace un par de semanas su nueva gran tanda de nuevos productos, con el nuevo iPhone 13 a la cabeza, pero también con los nuevos iPad y los nuevos modelos de iWatch. Todos los productos están ya en las tiendas y los datos de ventas vuelven a ser espectaculares. Las keynotes de Apple siguen causando sensación y sus productos marcan el ritmo y las tendencias del mercado tecnológico.
Aunque la fortuna personal de Steve Jobs no ha crecido tanto como las acciones de Apple, a su viuda tampoco le ha ido nada mal. Laurene Powell Jobs, de 57 años, acumula un patrimonio neto de 21.700 millones de dólares, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg. Powell Jobs ha utilizado la fortuna que heredó tras la muerte de su esposo (que sumaba 10.200 millones de dólares en aquel momento) para expandir sus propios negocios y, sobre todo, un buen número de actividades filantrópicas.
Cuando Jobs murió, su viuda heredó toda su fortuna, incluidas las valiosas acciones de éste en Apple y The Walt Disney Company. En aquel momento Laurene se convirtió en la mayor accionista individual de Disney, aunque en 2017 redujo su participación al 4%. Si su fortuna no ha crecido más (aunque ahora sea el doble que hace diezx años) es porque Powell Jobs gasta gran parte de su fortuna en filantropía, sobre todo relacionadas con la educación y la lucha contra el cambio climático. Powell Jobs es miembro de las juntas de varias organizaciones, como Teach for America, Conservation International y New America Foundation.
Laurene también compró en 2018 el 20% de la compañía propietaria de los Washington Wizards de la NBA, los Washington Capitals de la NHL. También comprometida con la política, Powell Jobs también se gastó 600.000 dólares en la campaña presidencial de Joe Biden.
Los cuatro hijos de Jobs han sido prácticamente desheredados, pues no les toca recibir de momento nada de la fortuna de su padre. Laurene Powell Jobs afirmó en una entrevista que su intención, que coincidía con la idea del propio Jobs, es que sus hijos se ganasen la vida con su trabajo: "No estoy interesada en construir sobre el legado de una herencia y mis hijos lo saben. Tampoco Steve estaba interesado en eso. Así que el dinero, si vivo lo suficiente, se acaba conmigo”, declaró en 2020 al periódico The New York Times.
Junto a Steve Wozniak y Ronald Wayne, Steve Jobs fundó Apple Computer en 1976. Ese mismo año comercializaron entre los aficionados a la informática su primer ordenador, Apple I, con un microprocesador y puertos para conectar un teclado y un monitor, del que se vendieron 200 unidades. Pero el éxito llegó un año después con Apple II, que ya empezó a fabricarse a gran escala, y sobre todo con la línea de ordenadores personales Macintosh, que aparecieron en 1984.
Años más tarde, y pese a la trayectoria interminente en Apple, Jobs aprobó el lanzamiento del reproductor de audio iPod (2001) que dos años más tarde se acompañó de una tienda digital, iTunes. Pero fue el mundo de la telefonía móvil el que más se vio impactado por las aportaciones de Jobs. iPhone (2007) e iPad (2010) consiguieron poner a Apple en una posición de referencia que todavía hoy se mantiene.
Sin embargo, la postura de Jobs era muy distinta a lo que hoy triunfa en el mercado. Fue un firme defensor de las pantallas pequeñas para los 'smartphones' (de menos de 5 pulgadas), y de las grandes en el caso de las tabletas, lo que le llevó a enfrentarse abiertamente a compañías como Samsung y Verizon tras el anuncio del lanzamiento en 2010 de la tableta Galaxy de 7 pulgadas.