Como en la Tierra, en Marte los vientos dan lugar a la formación de tornados de arena que la Nasa llama ‘dust devils’, en español diablos de polvo. En dimensión, eso sí, estos remolinos poco tienen que ver en el planeta rojo, donde pueden alcanzar alturas de 8 kilómetros. Pero ¿cómo se forman?
Durante el verano marciano, cuando las condiciones del suelo son muy secas y muy calientes, y se aviva el viento, pueden formarse tanto en la Tierra como en Marte estos tornados de arena. El aire inmediatamente encima de la superficie se calienta y asciende. A medida que lo hace, gira y se eleva cada vez más. Algo parecido sucede en nuestros desiertos. Los más grandes pueden alcanzar alturas de 8 kilómetros
*Diablo de polvo en Amazonis Planitia / NASA Jet Propulsion Laboratory
Suelen observarse en Amazonis Planitia, una de las llanuras más planas de la superficie de Marte. Como en la Tierra, durante el verano en Marte los días (o soles, como se llama a los días marcianos) duran más, y por tanto el suelo, especialmente las zonas llanas muy expuestas, se calienta más. Aunque todo es relativo, claro. Los hasta 20ºC de máxima y los -90ºC de mínima del verano en el planeta rojo poco tienen que ver el verano en cualquier parte de nuestro planeta.
Cuando las naves de la Nasa capturan estos ‘dust devils’, estos parecen caminar sobre la superficie, puesto que los vientos horizontales van empujando los remolinos.
En 2019 la Nasa se propuso estudiar de cerca las tormentas de polvo marcianas con la ayuda de las ocho naves que orbitaban y recorrían la superficie del planeta rojo simultáneamente. Gracias a las imágenes captadas por la cámara mástil del rover Curiosity, la agencia espacial descubrió que los ‘demonios’ son útiles para limpiar el polvo de los paneles de naves espaciales con energía solar.
*Avance de la tormenta de polvo global entre el 8 de junio de 2018 y el 13 de septiembre de 2018 / Curiosity / NASA / JPL-Caltech / York University
Sin embargo, encontraron a su vez que los remolinos de polvo desaparecen durante una tormenta de arena, “justo cuando más los necesitamos”, decía el comunicado de Lonnie Shekhtman. “Esto sucede debido a una interrupción en el mismo proceso de generación de viento que podría afectar el movimiento de las dunas de arena”, continuaba.
El polvo que se mueve a más de 30 metros por segundo cuando empieza a ascender en Marte. Si lo viviésemos en persona, nos restaría mucha visibilidad y podría generar descargas eléctricas por la fuerza estática, cree la Nasa. La presión atmosférica en Marte es sólo un 1 por ciento de la de la Tierra.