La Sonda solar Parker de la NASA, la que más se ha acercado a la estrella más importante de nuestra galaxia, ha descubierto que en el Sol se producen intensas y gigantescas oleadas de energía y vientos huracanados que ningún modelo había predicho y que son difíciles de explicar. Estos inesperados hallazgos sugieren que todavía tenemos muchas lagunas en nuestro conocimiento del astro rey.
Durante varios días en los meses de abril y noviembre de este año, la sonda Parker se acercó a 24 millones de kilómetros de la superficie del Sol circulando a más de 246.000 kilómetros por hora (el objeto más rápido fabricado por la humanidad) e hizo varios descubrimientos que ahora se han publicado en la revista 'Nature'.
La sonda detectó nuevos fenómenos en la superficie solar y mostró que el viento solar (un flujo de partículas cargadas que emite el Sol) rotaba en torno al astro a velocidades muy superiores a las anteriormente estimadas. "Para gran sorpresa de todos, el viento solar discurría a entre 35 y 50 kilómetros por segundo alrededor del Sol en el momento de máxima aproximación de la sonda. Entre 15 y 25 veces más rápido que lo predicho por los modelos solares estándar",explica Justin Kasper, autor principal de uno de los estudios.
En su periplo, la Parker recibió las embestidas de una serie de ondas de Alfvén muy intensas, mucho más que las registradas por otras misiones interplanetarias anteriores. "De forma ocasional y repentina, en cuestión de segundos, la velocidad del viento aumenta nos 300 000 kilómetros por hora. Durante unos segundos o cientos de segundos, el viento azotaba la nave con ese súbito aumento de velocidad para remitir después con la misma rapidez”, relata Kasper. Eran picos tan violentos que distorsionaban y retorcían el campo magnético al atravesarlo.
Los científicos sospechan que se produce un proceso según el cual se vierte calor y energía en la corona solar (la atmósfera de la estrella), y estas olas gigantes podrían formar parte de la dinámica. La información recogida por la sonda Parker cuestiona todas las presunciones previamente establecidas sobre el Sol. “Al acercarnos al Sol buscábamos bolsas de energía y las encontramos, lo cual es positivo”, señala Kasper. “Nuestros análisis iniciales demuestran que son fuentes de energía muy prometedoras”, agrega. Y la Parker aún le quedan cinco años de descubrimientos en el espacio.