Imágenes en blanco y negro tomadas en 1933 del último tigre de Tasmania en cautiverio han sido coloreadas por el especialista francés Samuel François-Steininger.
El lobo marsupial o tilacino, también conocido como lobo de Tasmania, tigre de Tasmania o tilacín, fue un marsupial carnívoro originado en el Holoceno. Era nativo de Australia, Tasmania y Nueva Guinea y se extinguió en el siglo XX.
El naturalista David Fleay filmó el metraje original en blanco y negro en el zoológico de Beaumaris, Hobart, en diciembre de 1933, y han sido conservadas en los archivos del NFSA (National Film and Sound Archive Australia).
La película de Fleay coloreada presenta a Benjamin, el último tilacino cautivo. Vemos a Benjamín acostado, caminando por el perímetro del pequeño recinto, abriendo bien la boca, oliendo el aire y rascándose.
Fleay, un conservacionista que avanzó en la cría de especies en peligro de extinción en cautiverio, fue mordido en las nalgas después de filmar la película. Con poco menos de 80 segundos, el metraje de Fleay es la película individual más larga de las 10 películas de un tilacino separadas que se sabe que existen.
La NFSA escaneó el negativo de la película original utilizando un escáner de película Scanity HDR (alto rango dinámico) y envió archivos ProRes de ultra alta definición a Samuel en París. Luego, el equipo de Samuel comenzó una extensa investigación antes de embarcarse en el proceso de coloración.
"Para el tilacino, enfrenté un tipo diferente de desafío y responsabilidad. Tuve que cuidar las raras imágenes filmadas y rendir homenaje al último representante de una especie, que desapareció hace 85 años. Me preocupo mucho por los animales y descubrí la historia del tilacino mientras vivía en Australia en 2012, y realmente me conmovió", explicó el experto.
Según declaró, el escaneo 4K proporcionado por la NFSA fue absolutamente impresionante para un negativo de 35 mm de 1933, aunque fue muy difícil de colorear porque, aparte del animal, había pocos elementos en el marco. Y debido a la resolución y la calidad de la imagen, había muchos detalles: el pelaje era denso y mucho cabello tenía que estar detallado y animado.
"Con respecto a las opciones de coloración, pudimos encontrar muchas pieles diferentes en diferentes museos que se conservaron bien en la oscuridad y mantuvieron sus colores", añadió.
Además de las pieles originales conservadas en los museos, el equipo tuvo que depender de bocetos y pinturas debido a la falta de imágenes o imágenes en color originales que pudieran usarse para la investigación.
Las descripciones escritas del pelaje del tilacino les dieron una idea general de los tintes y matices presentes en el pelaje, información que complementaron con dibujos científicos y representaciones recientes en 3D del animal.
"Desde un punto de vista tecnológico, lo hicimos todo digitalmente, combinando restauración digital, rotoscopia y animación 2D, iluminación, algoritmos de IA para el movimiento y el ruido, composición y gradación digital. Se necesitaron más de 200 horas de trabajo para lograr este resultado", explicó Steininger en un comunicado.