Este fin de semana hemos podido disfrutar del fenómeno conocido como la 'superluna de nieve', la primera luna llena de 2020, llamada así porque se da al mismo tiempo que las grandes nevadas características de esta época, sobre todo en el hemisferio norte. Pero la realidad es que las superlunas no son enormes en absoluto. De hecho, hay innumerables malentendidos sobre la Luna y cómo aparece en el cielo. Aquí citamos cinco falsos mitos y cómo pueden refutarse:
Desde el punto de vista de un observador, una superluna es aproximadamente un 14% más grande que cuando es más pequeña. Pero nuestros ojos no pueden medir los tamaños aparentes de los objetos en el cielo con precisión sin compararlos con algo. Y aquí está lo erróneo del concepto. La Luna no crece repentinamente de tamaño, sino que gradualmente va creciendo primero y decreciendo después durante el mes. Para comparar completamente cuánto de 'súper' es una luna, habría que compararla con una luna llena de hace varios meses. E incluso entonces la diferencia es bastante pequeña.
Un clásico falso mito es que la Luna tiene un lado oscuro que nunca ve la luz del Sol. Esto se debe a que tendemos a creer que la Luna no gira alrededor de su propio eje. Después de todo, siempre vemos, más o menos, el mismo lado mirando hacia nosotros. Pero es incorrecto. Vemos el mismo lado porque la Luna gira alrededor de sí misma mientras que también se mueve alrededor de la Tierra. De hecho, todos los lados de la Luna pasan el mismo tiempo iluminados.
Durante un mes la Luna muestra distintas fases: Luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante, y las fases intermedias entre una y la otra. Esto se ha justificado a veces, de forma incorrecta, por la sombra de la Tierra cubriendo partes de la Luna. Pero se trata más bien de una cuestión de cómo vemos al satélite. El efecto óptico producido por el cambio de ángulo de la Luna, la Tierra y el Sol es la causa. De hecho, la sombra de la Tierra no puede ser responsable de las fases de la Luna porque en ese caso, nuestro planeta, en vez de forma de esfera, tendría que tener una extraña forma de plátano para crear, por ejemplo, una luna creciente.
Sí hay una excepción y es durante el eclipse lunar, que ocurre solo en luna llena. La Luna aquí realmente se mueve hacia la sombra de la Tierra.
La forma de la media luna revela si la Luna está creciendo o menguando. En el hemisferio norte, cuando la Luna parece una D, con la curva a la derecha, es una luna creciente. Cuando se ve como una C, con la curva a la izquierda, es una luna menguante. Sin embargo, esta secuencia se invierte en el hemisferio sur. De hecho ,la Luna aparentemente se mueve de derecha a izquierda en el sur, mientras que claramente se mueve de izquierda a derecha en el norte. La explicación es simple y demuestra que la Tierra es una esfera: A medida que uno se mueve desde el hemisferio norte al sur, el punto de vista de la Luna (y de las estrellas) se da la vuelta.
Se suele decir que la cruza de la media luna siempre apunta hacia la localización del Sol, pero no siempre lo vemos así debido a la ilusión de inclinación de la Luna. Suponemos que una línea que conecta dos puntos, en este caso la Luna y el Sol que la ilumina, debería ser recta. Pero debido a que miramos estos puntos desde una ubicación fija en un planeta esférico, la línea es realmente curva. Cambiar nuestra posición para ver una mejor proyección de los dos puntos nos da una visión más realista.