Un estudio desarrollado por el Basque Center on Cognition and Language (BCBL), en colaboración con la Universidad del País Vasco (UPV) ha concluido que el cerebro es capaz de descodificar de manera fiable los contenidos que los humanos no visualizan conscientemente.
La investigación, que se ha publicado en la revista Nature Human Behaviour, ha analizado de qué manera procesa el cerebro los estímulos visuales que se captan de forma inconsciente. Para ello, los investigadores han empleado la resonancia magnética de alta precisión para examinar las respuestas cerebrales de siete participantes a los que se les mostraba imágenes de animales o de herramientas que, en algunos casos, podían ser claramente visibles y en otros, invisibles.
"Cada participante realizó seis sesiones de resonancia de una hora en seis días diferentes. Su tarea dentro del escáner era identificar si la imagen correspondía a un animal o se trataba de una herramienta. En ocasiones se presentaban estímulos de forma muy breve, 20 milésimas de segundo, y enmascarados con elementos distractores para garantizar que los voluntarios no pudieran detectar el estímulo de forma consciente", ha explicado el investigador del BCBL, David Soto.
Además, los expertos han observado que la presentación visual en las distintas áreas cerebrales en los estados de procesamiento inconsciente era similar a la producida en los estados de procesamiento consciente.
"Algunas investigaciones anteriores determinaron que la información procesada de modo inconsciente se registraba únicamente en la corteza visual primaria del cerebro, sin llegar a alcanzar capas más profundas de procesamiento como las áreas frontoparietales. Nosotros hemos observado que hay similitudes en el patrón cerebral del estado consciente y el inconsciente. No hay una división definitiva entre lo que es consciente e inconsciente", asegura Soto.
Para confirmar los resultados, los investigadores han empleado redes neuronales artificiales entrenadas para realizar tareas visuales, es decir, modelos de visión computacional que están dotadas de diferentes capas de procesamiento para simular cómo trabaja el cerebro en realidad.
Para ello, han presentado a estas redes artificiales las mismas imágenes enmascaradas que se presentaron a los participantes humanos. "A medida que la dificultad para distinguir la imagen se incrementaba, la capacidad de la red artificial para identificar la imagen se reducía y, cuando el enmascaramiento era muy alto, la red neuronal no podía identificar el estímulo y respondía al azar", detalla Soto.
"Sin embargo, al analizar las capas profundas de procesamiento de la red neuronal, observamos que existía información en esas áreas de modo similar a lo que sucede en el cerebro humano".
Los resultados del estudio de resonancia y su comprobación con las simulaciones artificiales demuestran que existen representaciones informativas de elementos invisibles que están presentes tanto en el cerebro como en los modelos neurobiológicos proporcionados por redes neuronales visuales artificiales.