Hay maneras y maneras de dar comienzo a la Navidad y, en Australia, como si de una tradición se tratase, un crustáceo-espectáculo se repite cada año por estas fechas. La pequeña isla llamada, curiosamente, Isla Navidad, cambia las luces y adornos por una estampa mucho más divertida: las carreteras y caminos se ven envueltas en rojo por los millones de cangrejos que se dirigen hacia el mar para pasar allí las fiestas navideñas. ¿A qué se debe este peregrinaje tan vistoso?
La Isla de Navidad, un pequeño paraíso tropical ubicado en el Océano Índico, se prepara cada diciembre para una marcha a la que sus vecinos ya están más que acostumbrados: la de los cangrejos hacia la orilla del mar. Incluso se cierran multitud de carreteras al tráfico para evitar atropellos.
Durante varios días, cantidades incalculables de estos crustáceos atraviesan las vías que tienen acceso a la playa para construir allí sus madrigueras. Aprovechan estas fechas para aparearse, cuidar de sus huevos, y desprenderse de ellos, para regresar de nuevo a sus refugios en zonas más alejadas de la costa. Las redes sociales aparecen repletas de imágenes que recogen la que se ha convertido en una costumbre australiana para dar comienzo a la festividad. Original donde las haya.
La Isla Navidad tiene aproximadamente 135 kilómetros cuadrados y se encuentra a 360 kilómetros de Indonesia. Adquirió este nombre, no por el fenómeno natural que se da cada año en estas fechas -que podría ser-, sino porque el primer hombre en divisarla lo hizo exactamente el 25 de diciembre allá por el 1643. La consideran prácticamente un Parque Nacional, ya que más del 60% de su superficie está decretado como tal. Asimismo, sus playas paradisíacas y su entorno natural se convierten en gran interés para científicos y naturistas, debido a que no ha sido modificada ni dañada por construcciones debido al alejamiento geográfico a la que está sometida.