La calima representa una masa de aire bastante seca y con una gran concentración de arena que se crea sobre el Sáhara, al norte de África. Este desierto desprende cerca de 800 millones de toneladas de polvo al año, que suponen un 70% de las emisiones de polvo mundiale, informa SINC
La borrasca Celia está provocando un episodio de viento, lluvia e incluso nevadas en cotas altas del interior peninsular. También ha derivado en un importante oleaje en la vertiente mediterránea y en el archipiélago canario pero, sin duda, el fenómeno más llamativo es la invasión de aire sahariano cargado de polvo en suspensión que progresa por la Península.
Esta mañana España ha llegado a ser el país "más contaminado" del mundo por las partículas saharianas, que proceden de la naturaleza pero no dejan de ser perjudiciales para la salud.
Hace unas horas, ciudades como Ávila, Salamanca, Segovia o Madrid tenían concentraciones de partículas inferiores a los 10 micrómetros (PM10) cercanas a los 1.000 microgramos por metro cúbico (µg/m3). Estas cifras toman relevancia si las comparamos con el promedio diario que la Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende como saludable de 45 µg/m3. Se trata de datos superiores a los que se observan en China o India.
Todo ese polvo está siendo inyectado por Celia, que arroja aire desde el desierto del norte de África, creando grandes columnas de calima en la Península y Baleares. Hoy, se prevé que la calima llegue a la mayor parte del territorio español, salvo a Canarias. Esta irrupción permanecerá de forma notable durante el resto de la semana, produciendo, además, lluvias de barro.
Al mismo tiempo que la borrasca Celia azota España, un sistema de altas presiones transportará otra enorme nube de polvo del Sáhara hasta el Atlántico tropical. Este anticiclón cuenta con presión más alta de lo habitual, lo que le da más fuerza y empuja alisios más intensos, creando un impulso de polvo desde África hacia el oeste.
A mitad de semana, la calima estará presente tierra adentro sobre América del Sur y las Antillas menores, zonas habituadas a este fenómeno, pero durante el verano, no en estas fechas.
Las partículas del polvo en suspensión afectan considerablemente a la calidad del aire, dificultan la visión, crean irritación ocular y pueden causar problemas respiratorios. Sin embargo, la calima también tiene efectos positivos.
Entre otros, reduce la posibilidad de que se produzcan tormentas tropicales y es un fertilizante natural para océanos y suelos. Además, reflejan la luz solar enfriando así la atmósfera y disminuyendo el calentamiento de la superficie del océano.