Una expedición se sumergió frente a la costa de California recientemente para mapear el fondo marino y se topó con algo inesperado: más de 25.000 barriles con alto contenido de químicos tóxicos. El hallazgo preocupa a los expertos porque estas sustancias se han hallado en mamíferos marinos y están dando lugar a enfermedades cada vez más frecuentes en estos animales, entre ellas cáncer.
“Desafortunadamente, la costa de Los Ángeles había sido un vertedero de desechos industriales durante varias décadas, comenzando en la década de 1930. Encontramos un extenso campo de escombros en el estudio de área extensa”, ha dicho Eric Terrill, científico jefe de la expedición y director del Laboratorio de Física Marina de la Institución de Oceanografía Scripps, en nota de prensa.
Esta no es la primera vez que se encuentran con algo así. Ya en 2011 y 2013, investigadores de la Universidad de Santa Bárbara descubrieron acumulaciones concentradas de dicloro difenil tricloroetano (DDT) en los sedimentos de la misma región y confirmaron visualmente 60 barriles en el lecho marino.
Los DDT son insecticidas sintéticos que se usaron de manera muy extendida en los Estados Unidos. Pero su utilización llevó al desarrollo de tolerancia por parte de muchos insectos y los estudios sobre este químico destaparon efectos preocupantes en la salud de humanos y animales. Se ha asociado con tumores hepáticos en la fauna y se cree que podría ser un cancerígeno para las personas. Por ello, hoy en día hay mucha regulación sobre los DDT para limitar su uso y tan solo se emplean con frecuencia en países africanos para evitar la proliferación de la malaria, entre otras enfermedades.
En California, fue muy usado hasta 1972 por empresas industriales que después arrojaban al mar los desechos, que trataban como un vertedero. Su control llegó gracias a la Ley de Protección, Investigación y Santuarios Marinos, también conocida como Ley de Vertidos Oceánicos.