La proveedora de 'software' eResearchTechnology ha sido víctima de un ataque de tipo 'ransomware' que ha provocado que los ensayos clínicos de muchos pacientes se hayan visto retrasados, llegando a afectar a IQVIA, que ayuda con las pruebas de la vacuna para el covid-19 de AstraZeneca, y Bristol Myers Squibb, que desarrolla test rápidos para detectar el coronavirus.
EresearchTechnology ha sufrido un ataque de 'ransomware' que secuestró sus sistemas e impidió a los trabajadores realizar un seguimiento de los ensayos y los pacientes con medios digitales al encriptar la información de los equipos.
Según informan en The New York Times, el ataque sucedió el pasado 20 de septiembre, lo que obligó a la empresa a apagar sus sistemas, así como a contactar con expertos externos en ciberseguridad y con el FBI.
EresearchTechnology es un proveedor de 'software' y entre sus clientes se encuentra IQVIA, que ayuda con las pruebas de la vacuna para el covid-19 de AstraZeneca. Esta empresa ha asegurado que el ataque ha tenido un "impacto limitado" en sus pruebas, y que no tiene constancia de que se hayan comprometido o robado datos. Contaban, además, con una copia de seguridad de toda la información encriptada.
Por su parte, Bristol Myers Squibb, un el consorcio farmacéutico que desarrolla test rápidos para detectar el coronavirus, también ha asegurado que el ciberataque ha tenido un "impacto limitado". Según el medio citado, otros clientes de EresearchTechnology tuvieron que recurrir a bolígrafo y papel para seguir con las pruebas, lo que significó retrasos.
En septiembre, se conoció que un ataque de 'ransomware' al Hospital Universitario de Dusseldorf en Alemania, colapsó el servicio de urgencias del centro, lo que obligó a cerrar temporalmente la sala de urgencias. Como resultado de ello, una paciente gravemente enferma falleció mientras era trasladada a otro hospital.
Unos meses antes, al comienzo de la pandemia, los hospitales españoles sufrieron un ataque también de tipo 'ransomware' para inutilizar sus sistemas y pedir un rescate a cambio de liberarlos. Los cibercriminales se dirigían al personal sanitario con correos electrónicos que decían tener información importante sobre el covid-19 a modo de señuelo.