Uno de los depredadores más abundantes del Ártico, la araña lobo (Pardosa lapponica), está experimentando una inquietante transformación en su dieta: se está convirtiendo en caníbal. Y está sucediendo debido al aumento de las temperaturas en las latitudes del norte. A medida que el Ártico se calienta y los veranos se hacen más largos, estos cazadores carnívoros se hacen más grandes y se reproducen más, aunque eso no significa que vaya a haber más de ellas en el futuro puesto que están empezando a comerse entre sí.
Un nuevo estudio publicado en 'Journal of Animal Ecology' sugiere que según estos arácnidos se hacen más grandes, los especímenes juveniles se están volviendo más escasos. En los experimentos, a veces se sabe que las arañas lobo recurren al canibalismo cuando están rodeadas de más ejemplares de su clase. Mediante el análisis de isótopos estables, los investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis analizaron las dietas de varias arañas hembras en la naturaleza.
Las arañas más grandes tenían diferentes dietas, de acuerdo con lo que podría parecer un cambio hacia el canibalismo. Otros experimentos en el laboratorio confirmaron que este cambio dietético mórbido se produjo cuando aumentó la densidad de las poblaciones de arañas. "Aunque el canibalismo probablemente no sea la mejor opción dietética para estas arañas, nuestro campo y los datos experimentales sugieren que cuando hay muchas arañas, recurren al canibalismo con más frecuencia", explica la ecóloga del cambio global Amanda Koltz.
"Es probable que sea un reflejo de una mayor competencia entre las arañas por los recursos". Si las arañas hembra producen más crías, eso significa más competencia entre ellas, y los autores piensan que este fenómeno podría estar desencadenando tasas más altas de canibalismo en la naturaleza. Al reducir la cantidad de arañas que sobreviven hasta la edad adulta, el canibalismo podría terminar regulando las poblaciones de arañas lobo.
"Canibalizar a otras arañas de la misma especie reduce la competencia al reducir la cantidad de otras arañas alrededor", dice Koltz . "Pero la evidencia de otros estudios ha demostrado que las arañas lobo que solo se alimentan con otras arañas lobo no viven tanto como las que comen una dieta más variada". Si eso es cierto, sugiere que incluso las arañas lobo que viven hasta la edad adulta no serían tan fuertes o estarían tan en forma como solían estar. Todo esto podría significar malas noticias para la especie, y también para la red alimentaria del Ártico, ya que su pérdida necesariamente tendría un impacto.
Los autores temen que los cambios en las poblaciones de arañas lobo puedan tener un efecto en cascada en el ecosistema, reduciendo la depredación en niveles tróficos más bajos e influyendo en procesos naturales clave como la descomposición y el ciclo de nutrientes, incluida la liberación de dióxido de carbono.
Los datos observados en el estudio se recopilaron durante solo un verano, y generalmente hay un alto grado de variaciones estacionales en las poblaciones de arañas lobo. Por tanto, se necesitarán más estudios para explorar cómo el tamaño corporal y las tasas de reproducción están afectando a las arañas en el Ártico a largo plazo. Las arañas son una parte clave de muchos ecosistemas, y es importante que sepamos cómo será su futuro bajo la actual crisis climática.
"Estos hallazgos son un recordatorio de que los cambios en el tamaño corporal, que es una respuesta generalizada a temperaturas globales más cálidas, pueden afectar no solo la fecundidad sino también la competencia intraespecífica entre invertebrados", concluyen los autores . "Dados los complejos vínculos entre los diferentes componentes de las redes alimentarias de artrópodos y los importantes roles de estos animales en el funcionamiento del ecosistema, se necesita una mejor comprensión de cómo los cambios climáticos rápidos están afectando a las comunidades y los ecosistemas", concluyen.