Los 'youtubers' menores de edad llegan a facturar grandes cantidades de dinero. Ante ello, el Gobierno quiere vigilar en las condiciones en las que trabajan y también saber hasta qué punto son una fuente de ingresos para su familia. Estos pequeños creadores de contenido ya están presentes en todas las redes sociales, siempre con control parental.
En muchas ocasiones, los padres son partícipes de los vídeos que graban y editan los niños para después subirlos a las redes sociales. No es de extrañar que el resto de niños que ven sus vídeos todos los días, quieran ser como ellos. Ya no quieren ser astronautas ni científicos, ahora el sueño de muchos es poder ser 'influencer' de mayor.
Sin embargo, estos menores están expuestos a todos los efectos que supone Internet, efectos que aún desconocen: "Pueden recibir esos comentarios malos o críticas que pueden generarles un daño", comenta Silvia Martínez, profesora de Ciencias de la Información en la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).
Estamos acostumbrados a ver menores en la gran pantalla, pero en el cine o en el teatro las jornadas están ya reguladas: "Cómo los contenidos se crean en sus casas, no se establece tiempo ni nada", añade Mónica Ricou, profesora de derecho en la misma universidad. Ahora es cuando el Gobierno ha comenzado a dar los primeros pasos para crear una ley que regule el trabajo de estos niños.
La principal medida que han llevado a cabo es limitar los horarios para fomentar la compatibilidad con los estudios: "Piensan que vamos a cambiar una norma que es del año 1985", explica Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. El nuevo estatuto del artista podría seguir el modelo francés que ya regula la publicidad, además de contar con derechos que garantizan la retirada de los contenidos si ese menor, ya adulto, lo considera oportuno.
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