Volar un dron se ha convertido en una actividad frecuente en España gracias a que existen aeronaves de todos los precios, tamaños y estilos. Además, la finalidad de su uso es cada vez más variada y podemos ver cómo se emplean desde para controlar emisiones contaminantes de barcos hasta para combatir el virus del Nilo en municipios de Sevilla.
A nivel mundial, desgraciadamente, también sirven en conflictos bélicos como el que libran Rusia y Ucrania. Cada vez son más y más estos aparatos voladores que surcan los cielos de todo tipo de lugares, lo cual puede llegar a suponer más de un problema tanto para quien lo maneja como para los ciudadanos de a pie.
Dependiendo de las leyes de cada país, una de estas máquinas puede ser empleada de una u otra forma. Dado que se trata de leyes, éstas son de obligatorio cumplimiento para todos, por lo que es necesario conocer la normativa para tener todo en regla y no vulnerar nada que pueda acarrear conflictos importantes con otras personas o con la justicia.
Los drones son considerados como aeronaves por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y, por tanto, están sujetos a la legislación aeronáutica general vigente en España y en Europa, que no hace posible el vuelo de los mismos en todos los casos. Los drones en nuestro país dependen de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), quien marca las normas de aviación civil.
En España, el Ministerio de Fomento -del que depende la AESA- dio a conocer nuevas medidas para regular el uso de este tipo de aeronaves no tripuladas en el año 2014. Aunque ya existía una normativa anterior, este Real Decreto -que posteriormente se convirtió en Ley- sirvió para establecer el uso civil, comercial y profesional de los drones.
El empleo del dron como una actividad de ocio no necesita una habilitación de la AESA, mientras que el resto de usos, sí. No obstante, en ambos casos es necesario cumplir las normas de seguridad establecidas para evitar poner en peligro a otros aviones, a las personas o a los bienes en tierra.
Lo primero que debes saber es que jamás puedes perder de vista el dron. No importa que el resto de medidas de seguridad las cumplas si tu máquina está volando tan lejos que no eres capaz de verla con claridad. Eso implica, además, que está prohibido volar con una de estas aeronaves de noche, porque cuanta más oscuridad, mayor posibilidad de que no veas bien dónde está.
La altura máxima permitida para volar un dron es de 120 metros. Dependiendo del propio dron, éste puede tener más o menos rango y si se sube muy alto y se pierde el control, puede ocurrir que se estrelle contra edificios, árboles o, incluso, contra personas, algo que la normativa deja muy claro que no puede suceder nunca.
Un aspecto a destacar muy ligado al tema de la altura y al alcance visual es que un dron no se puede alejar a más de 500 metros del punto donde tú te encuentres. Si tu dron pesa menos de dos kilogramos, esto no se aplica, pudiendo distanciarse hasta el radio de emisión de la conexión del dron.
Al contrario de lo que piensan algunos, no puedes volar el dron en todas partes. ¿Quieres demostrar tus dotes de piloto? Perfecto, pero no puedes hacerlo en zonas con alta densidad de población o en aquellas en las que, en ese momento, exista mucha gente alrededor. Ten en cuenta que las condiciones meteorológicas tienen que ser también buenas.
Tampoco puedes grabar cosas como conciertos, manifestaciones u otro tipo de eventos desde el aire ni hacerlo en zonas abiertas del estilo a parques o playas en las que haya muchas personas. Puedes hacerlo en recintos cerrados, siempre y cuando tengas la autorización expresa del dueño.
El Ministerio de Fomento lo tiene claro y no se anda con tonterías. Todo aquel que incumpla la ley puede recibir una multa de hasta 225.000 euros por el uso indebido de drones, dependiendo de cuán grave haya sido el asunto.
Además, para que no se crea que el dron es un mero juguete, también dejan muy claro que no se puede poner en peligro a terceros y que todos los posibles daños que se causen, sean por un error humano o por un fallo de la máquina, son responsabilidad de quién lo maneja. De esta forma, si acabas chocando el dron contra un edificio y hay daños en la fachada, serás tú quien tenga que pagar, al menos, el arreglo, se trate de la cantidad que sea.
Por último, señalar que la edad mínima para pilotar drones en España, en la categoría abierta, es entre 12 a 14 años dependiendo del tipo de dron y de la subcategoría correspondiente.
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