‘Tener internet’ o ‘no tener internet’ se han convertido en dos frases de uso común en nuestra vida diaria. Ya sea para trabajar en remoto, ver una serie en streaming o navegar por la red, necesitamos una conexión estable para no sufrir interrupciones constantemente. Cuanto más rápida, mejor.
Los cortes de luz son una de esas molestias que pueden afectar a nuestra productividad y nuestro flujo de trabajo. Las condiciones del clima son una de las principales causas (una nevada, por ejemplo); otro comodín habitual para sufrir uno de estos apagones es el mantenimiento y actualización de las líneas que las compañías eléctricas realizan durante ciertos momentos del año, esos famosos ‘cortes programados’ del servicio de los que siempre nos olvidamos y llegan cuando más falta nos hace la red. ¿Qué podemos hacer para mantener la conexión durante un apagón?
Hoy en día, es bastante frecuente que nuestra compañía de teléfono sea también la que nos suministra internet, y ahí podemos jugar con cierta ventaja y aprovecharnos de las condiciones adversas. ¿La clave? Tener una tarifa de datos con un número alto de gigas que nos permita convertir el teléfono en un punto de acceso portátil.
Un hotspot permitiría a nuestro teléfono compartir su conexión de datos móviles con otros dispositivos y crear una red Wi-Fi local. Esto significa que cualquier dispositivo, como portátiles, tablets o incluso otros teléfonos, puede conectarse a internet a través de nuestro terminal.
Algunas compañías ofrecen tarifas de gigas ilimitados, por lo que el punto de acceso portátil es una opción muy recomendable para otro tipo de situaciones. Por ejemplo, un viaje donde necesitamos trabajar en el ordenador, no disponemos de una conexión a internet tradicional y tenemos que valernos del teléfono para navegar.
En este caso, hay dos formas de cubrirnos las espaldas cuando se produce el apagón, la casa entera queda a oscuras y el router no funciona. Podemos usar un SAI o un proveedor de Internet de respaldo.
Un Sistema de Alimentación Ininterrumpida (SAI) es un dispositivo que proporciona energía de apoyo a corto plazo durante un apagón. Sí, puede mantener encendido nuestro router. Es recomendable elegir un modelo con una capacidad suficiente para alimentar los dispositivos durante el tiempo que no haya suministro.
Otra opción es el uso de generadores de energía portátiles. Estos dispositivos, que pueden ser alimentados por gasolina, gas o incluso energía solar, pueden proporcionar electricidad a nuestros dispositivos de red durante cortes prolongados. Queda también la opción de las baterías externas o los cargadores solares, verdaderos salvadores en las zonas donde es frecuente que haya apagones y cortes por el calor.
Un proveedor de internet de respaldo es un servicio que se activa cuando el servicio principal de internet experimenta interrupciones. Nos asegura que, ante un corte o fallo del servicio, la conexión se mantenga operativa mediante un enlace secundario. Aunque es la opción más complicada, sirve en determinados casos.
Por lo general, necesitaremos un router o un conmutador capaz de manejar múltiples conexiones de internet. Deben estar configurados para detectar cuándo la conexión principal falla y activar la conexión de respaldo sin intervención manual.
Es similar a tener un generador de energía. Se vuelve imprescindible en entornos donde la conectividad a internet es crítica, como puedan ser centros de datos, empresas de educación en línea o hogares en los que se teletrabaja.