Los coches que se matriculen a partir del próximo 7 de julio tendrán que llevar incorporada una caja negra como la de los aviones. Esta es una nueva medida que Europa ha obligado a implantar con el objetivo de recoger una serie de datos fundamentales para aclarar accidentes y mejorar la seguridad.
Esta caja proporcionará una serie de datos reales que ayudará a recrear diferentes situaciones de la manera más precisa con el objetivo de esclarecer situaciones en accidentes de tráfico. La Unión Europea ha impuesto esta medida con el objetivo de poder reducir la cantidad de muertes registradas en los últimos años, que han sido concretamente 25.000 personas y un total de 140.000 heridos graves.
Esta herramienta irá encastrada en el asiento del conductor y solo los agentes policiales podrán recoger sus datos, los cuales son totalmente privados. La caja no graba vídeos ni audios, simplemente recoge toda la acción que ha hecho el vehículo, 30 segundos antes del accidente y cinco después de él. Además, recogerá en todo momento los siguientes datos: momento de la frenada; velocidad del vehículo; fuerza del impacto frontal y lateral; revoluciones del motor; movimientos de dirección; posición del acelerador; funcionamiento de los sistemas de seguridad como los airbags o el cinturón de seguridad; las condiciones meteorológicas en el momento del impacto y parámetros como el día o la hora.
Como consecuencia de esta medida, el precio del vehículo se va a incrementar entre 300 y 800 euros. Pero, esta forma de seguridad junto con los diversos asistentes de seguridad que ya tienen incorporados muchos vehículos de manera obligatoria, suponen un refuerzo para la seguridad vial.
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