El eclipse solar no solo ha sido espectacular sino que esconde un lado científico. Varios aviones de investigación WB-57F de la NASA se han encargado de perseguir el eclipse para estudiar la corona solar y la ionósfera terrestre. Estados Unidos ha lanzado tres cohetes sonda desde las instalaciones de vuelo Wallops de la NASA en Virginia.
El fenómeno tiene previsto comenzar sobre el Océano Pacífico Sur, luego llegará a tierra en Mazatlán, en la costa del Pacífico de México, y, desde allí, continuará su camino sobre México, EE.UU. (desde Texas hasta Maine) y Canadá trazando una trayectoria diagonal.
El objetivo es estudiar cómo la caída repentina de la luz solar afecta nuestra atmósfera superior. La misión 'Perturbaciones Atmosféricas alrededor de la Ruta del Eclipse' (APEP) está dirigida por Aroh Barjatya, profesor de ingeniería física en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle en Daytona Beach, en Florida.
Uno de los principales objetos de estudio refiere a comprender por qué la corona solar, la cálida atmósfera exterior del Sol, está millones de grados más caliente que su superficie. Si bien anteriormente los científicos han recabado algunas directrices, con el fenómeno de hoy con el Sol alcanzando su máximo solar, los investigadores podrán obtener más información.
Además, se analizará el efecto de los eclipses en la ionósfera terrestre. Para ello, la NASA realizará experimentos globos de gran altitud y participación de radioaficionados ayudarán a comprender mejor cómo la actividad solar puede interferir con las comunicaciones y la navegación por GPS.
"Cada cohete desplegará cuatro pequeños instrumentos científicos que medirán los cambios en los campos eléctricos y magnéticos, la densidad y la temperatura. Este lanzamiento presenta una oportunidad para medir cuán extendidos están los efectos de un eclipse", afirmaba la NASA.
La agencia detalla en su web que el avión de investigación de gran altitud WB-57 capturará imágenes del eclipse para descubrir nuevos detalles de las estructuras en la corona media e inferior del Sol. "Las observaciones, tomadas con una cámara que toma imágenes en luz infrarroja y visible a alta resolución y alta velocidad, también podrían ayudar a estudiar un anillo de polvo alrededor del Sol y buscar asteroides que puedan orbitar cerca de nuestra estrella".
Según la NASA, los WB-57 también llevarán instrumentos para aprender más sobre la temperatura y la composición química de la corona y las grandes explosiones de material solar. Empleando en el proceso cámaras y espectrómetros, que estudian la composición de la luz o el viento solar. «Al volar estos instrumentos en un avión WB-57, los científicos también esperan extender su tiempo en la sombra de la Luna en más de dos minutos», indican.
Un tercer experimento analizará la capa superior de la atmósfera de la Tierra, la llamada ionósfera que es la región que actúa como límite entre la atmósfera inferior de la Tierra y el espacio. Ya que la actividad solar podría interferir con la Estación Espacial Internacional y las comunicaciones. Y numerosos satélites de órbita terrestre baja operan en esta región.
La agencia explica que el proyecto utilizará un instrumento llamado ionosonda, que funciona como un simple radar. El dispositivo envía señales de radio de alta frecuencia y escucha su eco rebotando en la ionosfera, lo que permite a los investigadores medir qué tan cargada está la ionosfera.
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