Eclipse solar: ¿Qué riesgos puede tener?

El eclipse solar ha levantado muchas expectativas, pero antes de mirar al cielo, todos deberíamos saber los riesgos que comporta hacerlo sin la protección adecuada. Observar el disco solar sin gafas capaces de bloquear, de forma efectiva la radiación solar, podría provocar lesiones oculares graves con pérdida de la visión.

Compartir el eclipse solar, visible en numerosos países de Norteamérica, como México, Estados Unido y Canadá es un importante evento, pero mirar al cielo cuando la Luna se coloque durante unos minutos entre la Tierra y el Sol tiene riesgo y mejor prepararse si queremos ser testigos de un fenómeno que ocurre en contadas ocasiones.

Mirar directamente al sol sin la protección adecuada puede provocar quemaduras en la retina, aunque se haga por un tiempo muy breve. Se puede sufrir este daño sin ningún dolor, de ahí que sea aún más peligroso, porque no nos damos cuenta de lo que está ocurriendo en nuestros ojos.

La radiación del Sol está compuesta por dos tipos de luz: la visible y la no visible. La luz visible  cuando atraviesa la retina, al enfocarse, da forma a todos los objetos y al entorno que nos rodea. La luz invisible, formada en su mayor parte por radiación ultravioleta (UV) e infrarroja (IR), también llega a nuestros ojos, sin que la percibamos, a través de los sentidos.

La luz visible no tiene ninguna alteración más que la de formar las imágenes, mientras que la ultravioleta y la infrarroja son muy perjudiciales al entrar en contacto con el ojo humano, un órgano muy sensible. Es, precisamente, la radiación UV la que puede causar daños graves en la superficie del ojo, como quemaduras oculares o una degeneración macular que conlleva la pérdida de visión. La luz infrarroja, por su parte, si la miramos directamente puede penetrar más en la retina, aumentando la temperatura dentro del ojo y provocando la pérdida completa de la visión.

Cómo mirar el eclipse de Sol directamente sin poner en peligro los ojos

 Para mirar el eclipse sin poner en riesgo los ojos debes tener unas gafas de sol especiales, o gafas solares, como también se les conoce. Estas gafas cuentan con unos cristales especiales para proteger la retina y la superficie del ojo y evitar que la radiación solar los dañe, según ha explicado la NASA en un vídeo explicativo.

Estas gafas tienen  filtros ópticos, capaces de bloquear de manera efectiva la radiación UV, la IR y la visible, con certificado ISO 12312-2. Además, deben tener un tintado oscuro, que solo permita que una pequeña fracción de luz solar llegue a los ojos. Para ello el nivel de opacidad deber ser superior a 14.

Debes confirmar que las gafas tengan un certificado de autenticidad y cumplan los estándares de seguridad garantizados por los profesionales. Además de que estén fabricadas con materiales seguros, que no se degradan ante la exposición solar. Tendrán, además, unas patillas firmes para que se mantengan en su lugar sobre los ojos y faciliten una visión unidireccional. De esta manera no permitirán la visión periférica evitando que de forma accidental se mire hacia el Sol sin protección.

 No se debe mirar el eclipse solar a través de los lentes de las cámaras fotográficas o de telescopios, ni tampoco hacerlo a través de radiografías, ni a través de agua u otro líquido. No protegen los ojos, los negativos de rollos fotográficos, ni gafas convencionales, que no cumplan los requisitos antes descritos.

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