La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) decidió hace ocho años, en 2015, que el 5 de noviembre se celebre el Día Mundial de Concienciación sobre Tsunamis. Se trata de una manera de reconocer la importancia de estar preparados, así como de contar con sistemas de alerta que protejan la vida de las personas y prevengan los daños causados por dichos desastres naturales. La Unesco y el CSIC advierten del riesgo en España.
Un tsunami es una sucesión de olas gigantescas causadas por alguna perturbación bajo el agua. Por lo general, tienen lugar tras un terremoto en el fondo del océano, aunque también pueden ser originados por derrumbes en la costa, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierras submarinas o incluso el impacto de un meteorito en el mar.
Era el 9 de julio de 1958 cuando un gran seísmo de magnitud 8,3 en la escala de Richter provocó, a las 22:15 (hora local), el mayor tsunami jamás registrado hasta ahora en nuestro planeta.
Ocurrió en la bahía de Lituya, al noreste del golfo de Alaska, en Estados Unidos. Apenas transcurridos un par de minutos, más de 30 millones de metros cúbicos de tierra y rocas del homónimo glaciar se desprendieron y cayeron al agua desde unos 900 metros de altura.
Esto fue el detonante para que el megatsunami, considerado como tal por las olas de más de 100 metros, registrase una que alcanzó los 524 metros de altura y que entró en la bahía a una velocidad aproximada de 200 kilómetros por hora.
Además de producirse ebulliciones de arena y grietas cerca de la costa sureste, se cortaron los cables submarinos que soportaban el sistema de comunicación del citado estado del gigante norteamericano.
Por aquella época, la zona más habitada era la isla de Yakutat, quedando buena parte de la misma sepultada bajo el mar. No existe material audiovisual que documente el momento del impacto, pero las evidencias posteriores al desastre han sido apreciables incluso décadas después.
En 2010, los científicos analizaron una ladera cercana y se sorprendieron al detectar un cambio en la vegetación del lugar. También observaron que la flora más joven se encontraba por encima de los 500 metros de altura, lo que señala que la gigantesca ola arrasó por completo la bahía hasta dicha cota.
Durante el último siglo se han registrado 58 tsunamis que han acabado con la vida de más de 260.000 personas, superando a cualquier otro desastre natural. El más devastador tuvo lugar en el océano Índico el 26 de diciembre de 2004. La tragedia causó más de 227.000 muertos y afectó a 14 países, siendo Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia los más damnificados.
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