Las de 23J son unas elecciones sin precedentes porque nunca el factor de la distancia y las vacaciones había pesado tanto en la decisión de voto de los ciudadanos. Se suma además la circunstancia de que en esta cita es muy probable el cambio político, que es lo que ha impulsado los mayores datos de participación de nuestra historia electoral. ¿Qué sucederá el 23J? ¿Afectarán las vacaciones a la movilización? ¿Lo hará más en unas regiones que otras? ¿Y eso puede condicionar el resultado electoral?
Lo primero es conocer los datos. ¿Cuánta gente va a estar fuera de su casa? Puede servir de aproximación saber cuántos estaban lejos de su residencia habitual en el mismo fin de semana de 2022, un verano que se vivió ya prácticamente sin restricciones por la pandemia.
El penúltimo fin de semana del mes de julio cayó en los días 23 y 24.
Los datos facilitados a NIUS por la empresa tecnológica Nommon, que lleva a cabo los estudios de movilidad nacional para el Ministerio de Transportes, confirman que la mayor parte de desplazamientos de estas fechas son de vacaciones y no solo de fin de semana, porque 4,3 millones de personas pernoctaron fuera de su residencia también en la noche del domingo. De ellas, 3,2 millones amanecieron el lunes a más de 100 kilómetros de su casa.
La distancia es importante a la hora de movilizar el voto, para tomar la decisión de iniciar los trámites del voto por correo, de desplazarse de vuelta a su provincia para votar o, simplemente, quedarse en la playa y abstenerse.
Todas las encuestas están mostrando que el voto más movilizado para el 23J es el de derechas. ¿Afectará la distancia a todo tipo de votante por igual o se notará más en quienes ven menos motivos para participar?
Hay que tener en cuenta que, pese a las grandes variaciones en la participación en los últimos años, las distancias entre los bloques de derecha y de izquierda han sido estrechas. En los últimos comicios, el número de votantes que sumaron PP, Ciudadanos y Vox fue prácticamente el mismo que el que acumularon el PSOE y las candidaturas que se incluyen en Sumar. La diferencia fue de unos cien mil votos a favor de la izquierda.
Madrid es la región con mayor movilidad. En el penúltimo fin de semana de julio de 2022 había 1,6 millones de madrileños fuera de la comunidad, casi uno de cada cuatro. De ellos, 930.000 durmieron el sábado a más de 300 kilómetros de su casa y 880.000 lo hicieron también el domingo. En las elecciones de noviembre de 2019, sin el problema de las vacaciones, se abstuvieron 1,5 millones de madrileños. El ‘precio’ en votos de cada escaño en el Congreso fue de cien mil sufragios y las candidaturas de la derecha ganaron por algo más de 200.000 a las de izquierda. El peso demográfico de los desplazados y su motivación para no dejar de votar va a ser determinante.
Podría argumentarse que es la derecha quien más tiene que perder en Madrid, pero habrá que ver en qué medida se han movilizado sus votantes para pedir el voto por correo.
La movilidad es diferente en la provincia de Barcelona. La mayor parte de las personas que estaba fuera en el fin de semana que analizamos no había salido de Cataluña. 250.000 barceloneses estaban el sábado a menos de cien kilómetros de casa, además, el domingo sólo durmieron a esa distancia sólo 130.000. A más de 300 kilómetros había sólo 140.000 personas.
Aragón y, en concreto Zaragoza, suelen ponerse como ejemplo de circunscripción que refleja bien las tendencias globales de toda España. En el caso zaragozano, la distancia dominante en los desplazamientos es entre 100 y 200 kilómetros, con 80.000 personas el sábado y 50.000 el domingo.
El 23J se espera que sean decisivas Andalucía y la Comunidad Valenciana. En Sevilla también predominan los desplazamientos cortos, con 150.000 personas a menos de cien kilómetros de casa y 130.000 entre los cien y los doscientos. En la provincia de Valencia sucede lo mismo, con 84.000 personas a menos de cien kilómetros y 60.000 entre cien y doscientos.
En el conjunto de España, el penúltimo fin de semana de julio es uno de los más adversos del año para la participación electoral. Se trata del quinto sábado del año y del cuarto domingo con más gente fuera de casa, con datos de movilidad fuera de la provincia de origen que duplican la media anual. En comparación, los fines de semana con menor movilidad son los de enero y febrero, cuando hay menos de millón y medio de personas fuera de casa que pasan la noche del sábado fuera de su hogar y menos de la mitad sigue fuera la noche del domingo.
Hay que tener en cuenta varios factores. Estos datos tienen como referencia la residencia habitual de las personas, que no tiene por qué ser el mismo lugar donde están censadas o empadronadas. Sucede así, por ejemplo, con los estudiantes que pasan el año en otra provincia. Otro factor importante es que no todas las personas computadas en estas cifras tienen derecho a voto ya que están incluidos los menores de 18 años.