Habría que mirar en la hemeroteca, pero todo indica que este año será el Gobierno el que se habrá quedado corto en su previsión de crecimiento. El Banco de España (BdE) acaba de revisar del 1,6% al 2,3% su pronóstico de avance del PIB para este año. La cifra es dos décimas superior a la del propio Gobierno.
La economía está mostrando "una resiliencia notable" en la primera mitad de este año, explica el banco en su último informe trimestral. Los datos preliminares apuntan a que entre en abril y junio el PIB habría avanzado a un ritmo del 0,6%.
“El debilitamiento de las presiones inflacionistas y una eventual intensificación del ritmo de ejecución de los proyectos vinculados al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia permitirán, entre otros factores, que continúe la expansión de la actividad económica española el resto del año”, explica el BdE en su último informe trimestral.
Desde el ministerio de Asuntos económicos han valorado positivamente esta revisión porque el banco destaca "la importante contribución de la política económica del Gobierno al actual ritmo de crecimiento de la economía española". Entre esas medidas se mencionan las adoptadas para reducir la inflación y también el papel de los fondos europeos.
El BdE el segundo organismo que adelanta al Ejecutivo con la cifra de crecimiento para este año. La semana pasada fue BBVA Research: la elevó hasta el 2,4%. Para los años 2024 y 2025 se proyectan unas tasas de crecimiento medio anual muy similares a la de 2023 —del 2,2% y el 2,1%, respectivamente— “si bien este avance del producto estará fundamentalmente sustentado en la recuperación del consumo privado, y no tanto en la contribución de la demanda exterior neta, principal motor del crecimiento en 2023”.
Las perspectivas de inflación se moderan también en estas nuevas previsiones, gracias a un menor coste de la energía. El IPC medio esperado pasa del 3,7% de marzo al 3,2%. La tasa subyacente (sin alimentos frescos ni carburantes) se eleva sin embargo dos décimas hasta un promedio del 4,1% en 2023.
También frente al informe anterior se revisan a la baja las cifras de déficit y deuda "con unas previsiones que incluso son más positivas que las del Gobierno", destacan en el ministerio de economía. Concretamente, el Banco de España estima que el déficit público se situaría en el -3,8% y la deuda pública se encontraría ya por debajo del 110%, en 2023.
Todavía existe un elevado nivel de incertidumbre para poder valorar el impacto de la subida de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). “En perspectiva histórica, el episodio actual de endurecimiento de la política monetaria presenta características muy singulares en diversas dimensiones”, reconoce la entidad. De ahí la dificultad para poder precisar bien su transmisión en la economía.
El recién firmado acuerdo entre los agentes sociales para fijar un marco de subidas salariales en los próximos tres años “mitiga, en cierta medida”, las posibilidades de que se generen los temidos efectos de segunda ronda que generen una espiral inflacionista.
Dos factores a nivel internacional están dando un respiro esperado a las economías: por un lado, los precios energéticos se han moderado mucho y por otro, el atasco en las cadenas de suministro parece casi algo ya del pasado.
A pesar de este mejor entorno externo, la economía de la zona euro entró en recesión técnica en el primer trimestre de este año. ¿Por qué? Una posibilidad que apunta el BdE es que la política monetaria “ya estaría limitando en cierta medida el dinamismo de la actividad”.