Este verano tendremos dos lluvias de estrellas, una de ellas que será la más espectacular del año. Te contamos cómo y cuándo ver los meteoros de las Delta Acuáridas y las Perseidas.
El 2023 no será el mejor año para la observación de las Delta Acuáridas, que suceden todos los años entre el 12 de julio y el 23 de agosto. Su momento de máxima actividad se producirá este verano tan solo dos días antes de la luna llena del día 1 de agosto, por lo que el brillo de los meteoros se verá eclipsado por la luna. Las Perseidas, por el contrario, nos ofrecerán un espectáculo astronómico este verano.
Las estrellas fugaces de las Perseidas se dejan ver todos los años a mediados de agosto. Estos meteoros también reciben el nombre popular de "lágrimas de San Lorenzo" por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre.
Las perseidas son visibles desde todo el hemisferio norte en pleno verano. Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora.
Aunque su momento de máxima actividad tiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto.
Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año.
El 2023 será un año excelente para observar las Perseidas, puesto que su máximo se producirá tres días antes la luna nueva (el novilunio tendrá lugar el 16 de agosto). La fina luna decreciente ofrecerá excelentes condiciones para la observación durante toda la noche.
Cada año a principios de agosto, nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, una pesada "bola de nieve" compuesta de hielo, roca y polvo, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992.
Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores, que han sido liberadas por el cometa al calentarse por su proximidad al Sol. Cuando una de estas partículas, que formaron en su día la cola del cometa, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura. Esto hace que veamos un destello que llamamos estrella fugaz iluminarse por unos segundos.
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible buscar un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión, aconsejan desde Observatorio Astronómico Nacional.
Aunque las Perseidas parecen venir de la constelación de Perseo (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.