Los alienígenas y sus supuestos ovnis siguen provocando el interés de la NASA y el Pentágono. Una nave nodriza de origen extraterrestre podría estar enviando pequeñas sondas para explorar los planetas de nuestro sistema solar, entre ellos, la Tierra. Es la tesis de un científico de la Universidad de Harvard, Abraham -Avi- Loeb y el jefe de una oficina del Departamento de Defensa de Estados Unidos en una investigación pendiente de revisión.
La teoría propuesta por Abraham -Avi- Loeb, reconocido por su controvertida idea de que Oumuamua, el misterioso objeto interestelar alargado que visitó y abandonó nuestro sistema solar en 2017, es en realidad una nave extraterrestre.
Esta idea, sin embargo, la ha echado por tierra un estudio publicado este miércoles y no es la primera vez que Loeb se enfrenta las duras críticas de sus pares por sus propuestas, definidas muchas veces "sin fundamentos".
El otro autor del estudio sobre la nave nodriza extraterrestre que estaría mandando sondas de exploración, es Sean M. Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO, por sus siglas en inglés) del Pentágono.
Seis meses antes de que el Oumuamua atravesara nuestro sistema solar, un pequeño meteorito de un metro de ancho llamado IM2 se estrelló contra la Tierra.
Ambos objetos no están relacionados, pero los científicos especularon que "las coincidencias de algunos parámetros orbitales de 'Oumuamua' e 'IM2' nos llevan a considerar la posibilidad de que un objeto interestelar artificial sea potencialmente una nave nodriza, que lance pequeñas sondas durante su paso cercano a la Tierra. Una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA".
Estas sondas, definidas por el experto como "semillas de diente de león" podrían "separarse de la nave nodriza por la fuerza gravitatoria del Sol, o por una capacidad de maniobra", porque estas tienen una función de exploración. Al ser tan pequeñas podrían llegar a la Tierra sin ser detectadas por los telescopios disponibles, al no reflejar suficiente luz solar.
"Estas sondas diminutas llegarían a la Tierra u otros planetas del sistema solar para su exploración, ya que la nave principal pasa a una fracción de la separación entre la Tierra y el Sol, tal como lo hizo Oumuamua antes de abandonar nuestro sistema", exponen los autores del borrador.
"Equipadas con una gran relación superficie-masa de paracaídas, las 'semillas de diente de león' tecnológicas podrían frenar en la atmósfera terrestre para evitar quemarse y luego perseguir sus objetivos dondequiera que aterricen", agregaron
Ambos investigadores también cree que planetas de nuestro sistema solar como Marte, Venus o la Tierra podrían ser planetas interesantes para estudiar, especialmente nuestro planeta, por la presencia de agua líquida.
Sin embargo, también sugieren que en esta supuesta nave nodriza no habría tripulantes y que sería muy difícil que estos posibles extraterrestres puedan comunicarse con las sondas de exploración.
Incluso, y teniendo en cuenta de que hay muchas estrellas y planetas que se formaron millones de años antes que nuestro Sol, Abraham -Avi- Loeb y Sean M. Kirkpatrick no descartan que esta civilización alienígena podría haberse extinguido y hayan enviado las sondas antes de que se formara la Tierra.
Esto sería parecido a "revisar nuestro buzón en busca de algún paquete que se haya acumulado allí con el tiempo, aunque los remitentes ya no vivan", explicó Loeb.
Ambos investigadores, defensores de esta tesis, son consciente de lo difícil e improbable de probarla, pero el Pentágono se ha mostrado interesado recientemente por ambos objetos voladores no identificados, que se relacionan en esta tesis.
La fundación de la AARO, la oficina del Pentágono ha abierto más de 360 nuevas investigaciones sobre supuestos encuentros y avistamientos de Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) informados por personal militar estadounidense.