Quedan pocos lugares en la Tierra tan aislados como la remota Isla de Trinidad, en pleno océano Atlántico. Pero incluso allí los investigadores han hecho un hallazgo preocupante que delata la creciente contaminación de la naturaleza: rocas de plástico, lo que han bautizado como 'plastiglomerados'.
El plástico se ha colado en nuestros bosques, en el mar e incluso en la lluvia, lo que no sabíamos es que también ha llegado ya a la geología. Las rocas encontradas en la remota isla a 1.150 kilómetros de América del Sur frente a la costa de Brasil, formadas por una mezcla de gránulos sedimentarios y otros restos unidos por plástico, han generado mucha incertidumbre entre los científicos.
“La contaminación procede principalmente de las redes de pesca, que son residuos muy comunes en las playas de la Isla de Trinidad", dice Avelar Santos, principal autora del estudio que se está llevando a cabo de estas rocas.
Las redes son arrastradas por las corrientes marinas y se acumulan en la playa. Cuando sube la temperatura, el plástico se funde y se incrusta con el material natural, formando estas rocas de plástico.
Es un hallazgo tremendamente preocupante: la Isla de Trinidad es una de los lugares de conservación más importantes del mundo para las tortugas verdes, que llegan cada año por miles para desovar en sus playas. Ahora los investigadores temen que este lugar pueda dejar de ser refugio para la especie.