La NASA ha obtenido una imagen del Sol que lo muestra como nunca lo habíamos visto, lo cual ha permitido descubrir luces ocultas en su superficie (llamada corona). La nueva vista podría ayudar a los científicos a resolver uno de los mayores misterios sobre nuestra estrella más cercana.
El Conjunto de Telescopios Espectroscópicos Nucleares, abreviado NuSTAR, generalmente estudia objetos fuera de nuestro sistema solar, como agujeros negros masivos y estrellas colapsadas. Pero un vistazo a nuestro Sol ha permitido descubrir unos interesantes rayos X de alta energía emitidos por el material más caliente en la atmósfera del Sol. Son los puntos que brillan en azul en la siguiente imagen.
Otros observatorios lo han visto de diferente manera. La misión Hinode de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial ve rayos X de menor energía (representada en verde), y el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA ve luz ultravioleta (representado en rojo).
Los rayos X de alta energía observados por NuSTAR aparecen solo en unos pocos lugares de la atmósfera del Sol. Por el contrario, el XRT de Hinode detecta rayos X de baja energía y el AIA de SDO detecta luz ultravioleta, longitudes de onda que se emiten en toda la cara del Sol.
La vista de NuSTAR podría ayudar a los científicos a resolver uno de los mayores misterios: por qué la atmósfera exterior del Sol alcanza más de un millón de grados, al menos 100 veces más caliente que su superficie. Esto ha desconcertado a los científicos porque el calor del Sol se origina en su núcleo y viaja hacia el exterior. Es como si el aire alrededor de un fuego fuera 100 veces más caliente que las llamas.
La fuente del calor de la corona podría ser pequeñas erupciones en la atmósfera del Sol llamadas nanollamaradas.
Las llamaradas son grandes estallidos de calor, luz y partículas visibles para una amplia gama de observatorios solares. Las nanollamaradas son eventos mucho más pequeños, pero ambos tipos producen material incluso más caliente que la temperatura promedio de la corona.
Las llamaradas regulares no ocurren con la frecuencia suficiente para mantener la corona a las altas temperaturas que observan los científicos, pero las nanollamaradas pueden ocurrir con mucha más frecuencia, tal vez con la suficiente frecuencia como para calentar colectivamente la corona.
Aunque las nanodestellos individuales son demasiado débiles para observarlos en medio de la luz resplandeciente del Sol, NuSTAR puede detectar la luz del material de alta temperatura que se cree que se produce cuando hay una gran cantidad de nanodestellos cerca unos de otros. Esta capacidad permite a los físicos investigar con qué frecuencia ocurren las nanollamaradas y cómo liberan energía.