El agujero de la capa de ozono está camino de cerrarse, según un panel de expertos respaldado por la ONU. De acuerdo con los resultados de su estudio, la mayor parte de la capa de ozono se habrá recuperado para 2066.
Dentro de cuatro décadas el agujero de la capa de ozono podrá haberse cerrado gracias a la eliminación global de los productos químicos que agotan esta sustancia en la atmósfera, aunque no todo son buenas noticias: la dispersión de aerosoles en la estratosfera, lo que se conoce como geoingeniería, podría tener impactos no deseados en la capa de ozono.
El informe de evaluación del Panel de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan el Ozono, respaldado por la ONU, que se publica cada cuatro años, confirma que la eliminación de casi el 99 % de las sustancias que agotan el ozono prohibidas ha logrado salvaguardar la capa de ozono, lo que ha llevado a una recuperación notable de la capa de ozono en la estratosfera superior y la disminución de la exposición humana a los dañinos rayos ultravioleta (UV) del sol.
El descubrimiento de un agujero en la capa de ozono fue anunciado por primera vez en 1985.
Si se mantienen las políticas actuales, se espera que la capa de ozono se recupere a los valores de 1980 (antes de la aparición del agujero de ozono) alrededor de 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo.
Las variaciones en el tamaño del agujero de ozono antártico, en particular entre 2019 y 2021, se debieron en gran medida a las condiciones meteorológicas. Sin embargo, el agujero de ozono antártico ha ido mejorando lentamente en área y profundidad desde el año 2000.
“Durante los últimos 35 años, el Protocolo de Montreal se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente. Las evaluaciones y revisiones realizadas por el Panel de Evaluación Científica siguen siendo un componente vital del trabajo del Protocolo que ayuda a informar a los encargados de formular políticas y tomar decisiones”, dice en un comunicado Meg Seki, secretaria ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El Protocolo de Montreal ya se ha beneficiado de los esfuerzos para mitigar el cambio climático, ayudando a evitar el calentamiento global en aproximadamente 0,5 °C.
En 2016, un acuerdo adicional al Protocolo de Montreal, conocido como la Enmienda de Kigali, requería una reducción gradual de la producción y el consumo de algunos hidrofluorocarbonos (HFC). Los HFC no agotan directamente el ozono, pero son gases poderosos que contribuyen al calentamiento global y al cambio climático acelerado.
El panel dijo que se estima que la enmienda evitará otros 0,3 a 0,5 °C de calentamiento para 2100.
“La acción del ozono sienta un precedente para la acción climática. Nuestro éxito en la eliminación gradual de los productos químicos que consumen ozono nos muestra lo que se puede y se debe hacer, con carácter de urgencia, para alejarse de los combustibles fósiles, reducir los gases de efecto invernadero y, por lo tanto, limitar el aumento de la temperatura”, señala el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas.
La inyección de aerosol en la estratosfera (SAI), lo que se conoce como geoingeniería, que se está planteando como método para reducir el calentamiento climático aumentando la reflexión de la luz solar y que así la Tierra se caliente a un ritmo menos acelerado, podría tener un impacto negativo en la capa de ozono, alertan los expertos.
Se han analizado los efectos de esta geoingeniería, con la conclusión de que podría tener una "consecuencia no deseada", ya que que "podría afectar las temperaturas estratosféricas, la circulación y las tasas de producción y destrucción de ozono y el transporte".