Los deslizamientos submarinos desencadenados por el calentamiento global en el área de las Islas Svalbard (Noruega) podrían generar tsunamis, según un estudio de la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La formación de las olas tsunami estaría controlada por el desarrollo del deslizamiento submarino y su impacto por la topografía del fondo marino y de la costa, apunta el estudio, cuyos resultados evidencian, según los autores, la necesidad de continuar investigando la inestabilidad de los márgenes glaciares en escenarios climáticos futuros debido a la importante incidencia sobre infraestructuras y poblaciones costeras.
Según explican la institución académica y el CSIC, el calentamiento global impacta en el Ártico con un aumento de temperatura de las aguas del océano y una disminución de los espesores de los glaciares.
Ambos procesos propician la formación de deslizamientos submarinos con potencial tsunamigénico.
Para estudiar este escenario, los científicos analizaron la rotura y la dinámica de desplazamiento del antiguo deslizamiento Storfjorden LS-1, localizado al suroeste de las Islas Svalbard, entre 420 metros y 1.900 metros de profundidad, y que cuenta con una longitud de 60 kilómetros y un volumen de 40 kilómetros cúbicos albergados en un área de 1.300 kilómetros cuadrados.
El trabajo ha determinado que el deslizamiento es tsunamigénico y su modelización demuestra la formación de olas de tsunami de hasta 4,3 metros. La investigadora de la Universidad de Granada Mayte Pedrosa explica que para poder entender el impacto del calentamiento global en el planeta es imprescindible conocer los procesos geológicos del pasado. "La modelización de antiguos deslizamientos submarinos es relevante porque nos aporta información sobre los peligros geológicos en zonas costeras del Ártico", apunta.
Y este estudio recrea escenarios de formación de tsunamis por deslizamientos derivados del calentamiento global a los que, afirma la investigadora, "nos podemos enfrentar en el futuro". La propagación de estas olas está determinada por la presencia de surcos glaciares de centenares de kilómetros que fueron excavados por los glaciares cuaternarios en el fondo marino.
Sus morfologías condicionan la amplitud, amplificación y difracción de las olas del tsunami, así como el tiempo de impacto en las costas de las Islas Svalbard.
Gemma Ercilla, del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, resalta la importancia de esta investigación por el impacto social y económico de sus resultados, dado que los riesgos geológicos como los deslizamientos submarinos y los tsunamis afectan a las comunidades costeras y a la actividad de los diferentes sectores económicos marinos y costeros.
Entiende por ello que el estudio ayudará a las autoridades y organismos competentes a desarrollar planes de mitigación adecuados para gestionar el impacto de tsunamis.