Avances científicos para tratar de revertir el envejecimiento: “No hay razón por la que no podamos vivir 200 años”
No hay consenso todavía sobre las causas del envejecimiento, pero cada vez hay más científicos y empresas investigando cómo retrasarlo o revertirlo
“Creemos que podemos hacer retroceder el reloj”, asegura Richard Klausner, de Altos Labs, uno de los principales impulsores de la reprogramación celular
Hace unos meses, el Instituto Salk de California anunciaba que Izpisúa y su equipo habían conseguido "revertir de manera segura y efectiva el proceso de envejecimiento en ratones”
"Rejuvenecimiento", "reprogramación celular", “reversión de la edad”... Detrás de estos términos hay enormes dosis de investigación, de expectación, de controversia… y enormes sumas de dinero.
Hace ya una década que se estudia la reprogramación celular, y hoy, varias compañías de biotecnología y laboratorios de investigación apuntan que el proceso podría ser la puerta de entrada a una nueva tecnología sin precedentes para la reversión de la edad.
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“Creemos que podemos hacer retroceder el reloj”, asegura uno de los principales impulsores de esta idea, Richard Klausner. Hace unos meses, se subió a un escenario en San Diego y mostró a los asistentes –previo pago de 4.000 dólares por entrada- datos de experimentos no publicados en los que ratones enfermos se recuperaron tras someterse a una prueba experimental. Lo cuenta Antonio Regalado, editor principal de biomedicina de MIT Technology Review, en este artículo.
Klausner y la reprogramación celular
Richard Klausner es un auténtico icono en este tema. Es jefe científico de Altos Labs, una nueva empresa de investigación en este campo. Y no sale de la nada. Es ex director del Instituto Nacional del Cáncer y antiguo líder de salud global de la Fundación Gates.
Klausner aseguró en San Diego que tiene datos que sugieren que es posible que la reprogramación celular ya esté funcionando. El objetivo de Altos es conseguir entender este fenómeno y poder aplicarlo como tratamiento para revertir una amplia gama de enfermedades.
Durante su charla, el científico mostró diapositivas “confidenciales” que afirmaban que ratones se habían recuperado de diabetes después del tratamiento y que otros podían sobrevivir a dosis normalmente letales de analgésicos. Todo, gracias a una dosis saludable de rejuvenecimiento médico, explicó. Aunque a la vez, admitió que los detalles de por qué funciona la reprogramación siguen siendo un "completo misterio".
Pero ese misterio también anima a invertir en la idea. Si hay una fuente de juventud en el genoma, el primero en localizarla podría revolucionar la forma en que tratamos gran cantidad de enfermedades que asolan nuestra vejez, afirma Regalado.
Un Nobel trabajando en Altos
Para comprobar hasta qué punto era real lo que contaba Klausner, Regalado le pidió a un embriólogo y especialista en células madre, Alfonso Martínez Arias, que viera el vídeo de su charla en San Diego. Martínez, que trabaja en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, no daba crédito al verlo. “Hablaba con tono ‘evangélico’ sobre algo que, en este momento, es interesante pero muy preliminar”.
Klausner estaba hablando "como si hubiera bebido un poco de Kool-Aid", comentó Martínez a Regalado. Aunque a la vez reconoció que “hay gente en Altos que sabe hacer ciencia”.
Porque la técnica que Altos está explorando es un procedimiento descubierto en 2006 por el científico japonés Shinya Yamanaka, que ahora es asesor científico de esta empresa. Él y su equipo identificaron cuatro proteínas (conocidas como los “factores de Yamanaka”) que podían hacer que células normales se conviertan en potentes células madre, como las que se encuentran en los embriones. Este descubrimiento le valió el Premio Nobel de Medicina en 2012.
Borrar la edad, pero no la identidad
Inicialmente, el descubrimiento de Yamanaka se utilizó para reprogramar células de pacientes para producir células madre, que luego podrían usarse para tratar de fabricar tejidos trasplantables, células de la retina o neuronas. Pero otros científicos se preguntaron qué pasaría si introdujeran los “factores de Yamanaka” en animales vivos. En 2013, un equipo español hizo exactamente eso, con resultados “espantosos”, explica Regalado. Los ratones desarrollaron unos tumores denominados teratomas.
Porque el problema fue que el proceso no sólo hace que las células se vuelvan jóvenes, también borra su identidad y las convierte en células madre embrionarias, que no pertenecen a un adulto.
Joe Betts-Lacroix, director ejecutivo y fundador de Retro, plantea una nueva pregunta en la revista del MIT. “¿Hay alguna manera de que esos dos fenómenos se puedan desacoplar para que se pueda borrar parte de la edad, pero no tener toda su identidad borrada? ¿para evitar que te conviertas en un montón de protoplasma de células madre y mueras?
Izpisúa y la reprogramación parcial
En 2016, investigadores del Instituto Salk de California, liderados por el español Juan Carlos Izpisúa, plantearon una respuesta afirmativa. Diseñaron genéticamente ratones afectados por progeria, una condición que causa un envejecimiento extremadamente rápido, para que todas sus células produjeran los “factores de Yamanaka” pero sólo cuando se los alimentaba con un suplemento especial en su comida. Eso permitió a los científicos activar los factores durante un período limitado, solo unas horas.
Y vieron que, si dejas los genes activados durante demasiado tiempo, los ratones desarrollarán cáncer. Pero con tiempos más cortos (la denominada “reprogramación parcial”) no lo hacen. Además, esos ratones parecían estar más sanos, y vivieron un poco más.
A pesar de decir que habían retrasado el envejecimiento, el equipo de Izpusúa no comentó cuánto tiempo vivieron los ratones parcialmente reprogramados. Algunos datos en su publicación sugieren que la vida útil de los roedores no fue notable. De hecho, hasta ahora ningún grupo de investigación ni ninguna empresa ha conseguido que ratones normales vivan más tiempo después de haber sido expuestos a una reprogramación parcial. Saber exactamente cómo funciona la “reprogramación parcial” es uno de los objetivos, ahora, tanto de Altos como de otras empresas e investigadores.
Un CD rayado que se salta pistas
Científicos del Reino Unido informaron recientemente de que habían conseguido crear células de la piel de una persona de 53 años tan jóvenes como las de un universitario. Se alcanzó el "punto de rejuvenecimiento" después de 13 días de exposición a los “factores de Yamanaka”, pero no más allá.
Los investigadores comprobaron que las células se habían vuelto más jóvenes mediante el uso de un "reloj de envejecimiento". Se trata de detectar modificaciones epigenéticas en el ADN, es decir, las marcas químicas que determinan si un gen determinado está activado o desactivado.
Algunos investigadores creen que el envejecimiento puede ser causado, sobre todo, por la degradación gradual del código epigenético, algo así como un CD rayado que se salta pistas. Y una cosa que hace la reprogramación es restablecer esas marcas. Después de un pequeño tratamiento con los “factores de Yamanaka”, una célula de 90 años tendrá el perfil epigenético de una célula adolescente.
"Entender cómo las células recuerdan cómo ser un CD sin rayar" podría conducir al descubrimiento de los "códigos perdidos" que regulan todo el proceso de envejecimiento, comenta Klausner en la revista del MIT.
Revertir el envejecimiento de forma segura
No hay consenso todavía sobre las causas del envejecimiento, ni siquiera sobre cuándo empieza. Algunos científicos aseguran que comienza en la concepción, otros piensan que al nacer y otros, después de la pubertad. Pero cada vez hay más científicos investigando el “rejuvenecimiento”, cómo conseguir retrasar o revertir el envejecimiento. Y hacerlo de forma segura.
En marzo de este año, el Instituto Salk de California anunciaba que el equipo de Izpisúa había conseguido "revertir de manera segura y efectiva el proceso de envejecimiento en ratones”. Izpisúa, que ahora dirige un centro de investigación de Altos, llegó a afirmar que podría "retrasar el envejecimiento" en los animales.
David Sinclair, que dirige un laboratorio de investigación sobre el envejecimiento en la Universidad de Harvard, está convencido de que, en un futuro no muy lejano, las personas vivirán mucho más de lo que viven hoy. “Predigo que algún día será normal ir al médico y obtener una receta para un medicamento que te haga retroceder una década”, aseguró Sinclair en el mismo evento de San Diego, en junio, en el que participó Klausner. “No hay razón por la que no podamos vivir 200 años”.