Peter H. Diamandis: "La esperanza de vida podrá alargarse más allá de los 120 años"
Ingeniero, médico y empresario, Diamandis es uno de los 50 hombres más influyentes del mundo y fundador ejecutivo de Singularity University, donde asesora a líderes mundiales sobre tecnología
"La biotecnología nos permitirá poder pasar 20-30 años más de vida en un buen estado físico"
"La única forma de seguir aumentando el poder adquisitivo de las personas es a través de la tecnología"
Peter H. Diamandis (1961, Nueva York) es un ferviente optimista sobre lo que nos depara el futuro en una época donde es fácil dejarse arrastrar por la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ingeniero, médico y empresario, es fundador y presidente ejecutivo de la X Prize Foundation -una organización sin fines de lucro que diseña y gestiona concursos públicos destinados a fomentar el desarrollo tecnológico- y fundador ejecutivo de Singularity University, institución de Silicon Valley, donde asesora a líderes mundiales sobre tecnología.
Amigo y colaborador del magnate Elon Musk y elegido recientemente como uno de los 50 líderes más grandes del mundo por la revista de negocios Fortune, Diamandis participó este martes en el Audi Summit for Progress 2022, en Madrid, punto de encuentro de algunos de los expertos más reconocidos mundialmente en áreas como el diseño, la innovación, la ciencia y la sostenibilidad.
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Pregunta. Con una crisis energética como la que estamos viviendo, la guerra en Ucrania, la tensión entre China y Occidente… No podemos decir que tenemos un panorama prometedor por delante ¿Tendrá que esperar el futuro del que usted habla?
Respuesta. De hecho, el futuro que deseamos ya está aquí, pero es algo de lo que no oímos hablar. El reto está en protegernos de las noticias negativas que entran en nuestros hogares. Lo que viene es un mundo extraordinario: la realidad es que la gente cada vez tiene más acceso a la información que quiere en el momento que quiere. Podemos oir todos los medios de comunicación. Cada vez hay también más soluciones para las enfermedades que nos amenazan, más acceso a la comida, los costes de la energía están bajando, la esperanza de vida se extiende..., pero esas noticias positivas no nos llegan, solo nos quedamos con las noticias negativas.
P. ¿Cuál cree que será el mayor avance en las próximas décadas?
R. Los dos grandes campos con mayores avances que yo preveo para los próximos años van a cambiar completamente el mundo. El primero tiene que ver con la inteligencia artificial, que nos permitirá tener una mejor sanidad y una mejor educación, como nunca hemos visto hasta ahora. Las tecnologías van a conseguir nivelar el campo de juego para todos y van a aportar un mundo más equitativo. Por otra parte, están la biotecnología y la tecnología de la salud. El uso de la robótica y la inteligencia artificial será capaz de tratar enfermedades genéticas y curar muchas más dolencias y ampliar la esperanza de vida. Y creo que no hay nada mejor que aspirar a eso.
P. ¿Los avances tecnológicos siempre son para bien o pueden volverse en nuestra contra?
R. La tecnología tiene dos caras, como el fuego, que puede servir para calentar, pero también para quemarnos. Todo depende del uso que le demos y de cómo eduquemos a las personas para utilizar estas tecnologías y para resolver los problemas más grandes del mundo. Lo que yo enseño en la Singularity University es que los grandes problemas del mundo son también las grandes oportunidades que tenemos. Si quieres convertirte en millonario, ayuda a mil millones de personas: proporciónales acceso a la comida, a la energía, a los cuidados médicos. Todo esto se puede conseguir a través de la tecnología, que puede permitir, incluso, que una madre, en un lugar perdido de África o Asia, pueda estar segura de que sus hijos van a tener el mejor acceso a la salud y a la educación. Y, ¿cómo se consigue esto? Siempre con la tecnología. Desde luego, los riesgos son ingentes, pero es cierto que no podremos avanzar sin esta tecnología.
P. ¿Cree que debería regularse la inteligencia artificial para evitar sus riesgos?
R. Actualmente, la tecnología no se puede regular. No tenemos un botón que la active o desactive. Cuando algo es ilegal en un país, se va a otro, dond sí es legal. Más que regulaciones, lo que necesitamos es orientaciones en tecnología. Cuando yo estudiaba Medicina, lo que más miedo daba entonces era la ingeniería genética. Los expertos de la comunidad científica médica se reunieron para adoptar una serie de directrices para hacer que la ingeniería genética fuera algo seguro. Y lo han conseguido. Y esto es lo que está pasando ahora en la comunidad de la inteligencia artificial. Así que yo optaría por una guía para un uso seguro de esta en lugar de regularla. Prefiero que sean los expertos que conocen el sector los que den estas orientaciones, más que los políticos, que no lo conocen.
P. ¿Qué consejo le daría a un joven que está formándose en este momento, que está tomando decisiones sobre su educación con vistas al futuro?
R. Yo tengo dos hijos de 11 años y le doy también muchas vueltas a esto. En mi opinión, hay dos campos que presentan más oportunidades de trabajo: la biotecnología y la inteligencia artificial. La biotecnología es una forma de codificar el software de la vida y la inteligencia artificial es una forma de codificar el software de otra forma de vida. Pero en el fondo, el consejo más importante que puedo dar es que hagan las cosas con pasión. No hacer lo que tu padre o tu madre o tus profesores quieren que hagas, sino hacer algo que te satisfaga. Se puede estudiar una carrera universitaria de cualquier cosa en este mundo, pero si no tienes corazón y pasión, no vas a conseguir el éxito.
P. En alguna ocasión usted ha asegurado que añadir 20 o 30 años de vida saludable a una persona será probablemente el mayor mercado que habrá en los próximos años...
Hace 100.000 años éramos adolescentes a los 13 años y podíamos tener hijos a esa edad; a los 27-28 años, podíamos ser abuelos, y la esperanza de vida entonces era de 30 años. Luego ha ido alargándose a los 40, 50, 60… hasta nuestros días, que está en torno a los 80 años. Los científicos más prestigiosos que conozcon afirman que la esperanza de vida podrá alargarse hasta los 100 e, incluso, más allá de los 120 años. Si conservamos la energía, la movilidad y la capacidad de pensar, querremos seguir viviendo más tiempo. Ahora nos jubilamos porque estamos cansados, pero es un gran regalo poder disponer de esos años sin cansancio, en un buen estado físico. Poder pasar 20-30 años sin dolor, en los que no estemos atados a una silla de ruedas. Y eso será posible gracias a la biotecnología.
P. Pero, en todo eso, hay una cuestión importante que es la de quién puede acceder a esos mercados de alargar la vida, a la última tecnología, a la mejor educación. ¿Qué sucede con quienes no tienen dinero suficiente, con quienes pueden sentir que se quedan atrás?
R. Sí, actualmente la tecnología está creciendo exponencialmente y lo que se está consiguiendo es digitalizar, desmaterializar, desmonetizar y democratizar la tecnología en general. Antes una cámara o un teléfono solo eran para la gente más pudiente. Actualmente, hay más teléfonos móviles en todo el mundo que personas. Esta desmonetización y democratización de estos dispositivos conseguirán que acaben en manos de nuestros profesores o de nuestros médicos. Gracias a la inteligencia artificial el coste de este acceso a esta tecnología será simplemente el coste de la electricidad. El reto consiste en extender este acceso a todo el mundo. Antes existía un rey y una reina y el resto de la población era pobre. Lo que está pasando es que están aumentando las clases medias y la única forma de seguir aumentando este poder adquisitivo es a través de la tecnología.
P. Lleva usted muchos años tratando de anticiparse a lo que puede traer el futuro. ¿Alguna vez se ha equivocado, se ha llevado una sorpresa?
R. Sí, por supuesto. Por una parte, el covid ha acelerado las inversiones en biotecnología, que era algo bastante inesperado; pero, por otra, los coches voladores están llegando más despacio de lo que yo había previsto. Vendrán, pero más tarde de lo esperado.
P. Dígame, ¿qué le gustaría que pasara en las próximas décadas?
R. Me gustaría que pudiésemos alargar la esperanza de vida con más salud por encima de los 100 años y conocer por qué envejecemos, cómo detener este envejecimiento y cómo revertirlo. Me gustaría alcanzar un liderazgo más cooperativo, que tienda a la cohesión. Un mundo más educado será un mundo más pacífico y me gustaría llegar a saber cómo conseguir un mundo donde haya más respeto. Estamos a punto de convertirnos en una especie multiplanetaria, de trasladarnos a la luna, a Marte, a colonias espaciales. Es un avance irreversible. Me gustaría que ocurriera algo como sucedió con Isabel la Católica en su momento, y lanzarnos a descubrir nuevos territorios. Me gustaría ver otra vez eso.