Las Consellerias de Justicia y Calidad Democrática y de Salud de la Generalitat de Cataluña estudian poner "ropa menos resistente", como toallas o sábanas, en celdas de presos con riesgo de suicidio y en aislamiento.
Así lo explicaron en una rueda de prensa el conseller Ramon Espadaler; la secretaria de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima, Elena Pérez, y la directora general de Planificación en Salud, Aina Plaza, para informar sobre las medidas aprobadas del plan de choque de prevención de suicidios en las prisiones catalanas.
"No partimos de cero, ni en los suicidios ni en el diseño de medidas de prevención", ha dicho Espadaler, y ha destacado el trabajo ya realizado, como el programa de prevención de suicidios de 2019, que reevalúa al interno cada dos años, y el acuerdo de Govern de octubre de 2023 para abordar incidentes vinculados a conductas suicidas y violentas, que permitió incorporar a 21 nuevos profesionales.
En este contexto, y teniendo en cuenta el proyecto Anaïs, en el que se estudiaron los 54 casos de suicidio entre enero de 2018 y el 30 de junio de 2023, el Govern presentará diez nuevas medidas, entre las que quieren restringir lo antes posible el acceso de herramientas "letales", ropa de cama e higiene, en internos en riesgo de suicidio.
En la misma línea, han explicado que en algunas celdas quieren sacar los barrotes de las ventanas para evitar ahogamientos y poner cristales para que otros presos puedan "controlar" las conductas de los internos en riesgo.
Espadaler también ha explicado que quieren crear una mesa permanente en los próximos 15 días para prevenir los suicidios en prisión, compuesta por todos los agentes implicados que harán una revisión mensual de los datos y la evolución, y sensibilizar y formar a todos los agentes que intervienen en los centros penitenciarios.
Además, activarán un sistema de alerta en atención a incidentes críticos e involucrarán a las personas internas --a través de un buzón-- para que se conviertan en "agentes activos en la detección del posible riesgo" y puedan advertir sobre las conductas de otros presos.
"Incorporaremos la figura del interno de apoyo para acompañar a las personas en riesgo de suicidio. Muchas veces la soledad no es necesariamente una causa, pero está entre las cuestiones que pueden explicar esta tendencia hacia el suicidio", ha dicho Espadaler.
Otras medidas son intensificar el seguimiento por parte de atención primaria con los protocolos de riesgo bajo y moderado de suicidio; habilitar espacios alternativos para la resolución de conflictos con videovigilancia, y la intervención intensiva de los departamentos especiales (Dert) para detectar contraindicaciones sobre la aplicación de aislamiento.
El conseller también ha explicado que otra medida es garantizar la conectividad y mejorar la información de los internos entre los profesionales del ámbito sanitario y penitenciario, y estudiar en los próximos tres meses el riesgo de suicidio con perspectiva de género.
"La prevención de los suicidios es un reto que afecta al conjunto de la sociedad. En el ámbito penitenciario tenemos una gran responsabilidad. Es uno de los retos importantes en esta legislatura. Cada suicidio es un fracaso", ha garantizado Espadaler.
Durante este año se han suicidado 11 internos en prisiones catalanas y, en esta línea, la secretaria de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima, Elena Pérez, ha afirmado que varios profesionales valoran el riesgo de suicidio de los internos cuando entran en la cárcel: "En 2024 nos constan 649 activaciones, la mayoría por riesgo moderado o bajo".
Pérez también ha asegurado que todos los internos que ingresan en aislamiento reciben la visita de un médico, que previamente también ha valorado su situación para poder, en caso necesario, evitar el aislamiento.
"El médico y el psiquiatra harán valoración antes de aplicar el aislamiento. Si el psiquiatra dice que esta persona tiene un riesgo elevado de suicidio si se le aplica esta medida, buscarán otras alternativas", ha dicho la secretaria general de la Conselleria de Salud, Aina Plaza.
En Europa hay 1,3 psiquiatras por cada mil internos en centros penitenciarios; 0,2 en España y 1,5 en Cataluña: "La ratio que tenemos en es muy buena, pero tenemos otros profesionales, aparte de psiquiatras, que también tienen un papel muy importante en la atención a la salud mental".
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