La catedral de Lleida inaugurará a finales de septiembre un órgano procedente de una donación japonesa, que ha supuesto al Capítulo de la parroquia un coste de medio millón de euros tras un traslado de 10.000 kilómetros para llegar hasta la localidad catalana.
El instrumento ha viajado en barco desde Japón hasta Barcelona, pasando por el canal de Suez. También por carretera, en tres camiones de gran tonelaje. Un largo viaje que ha supuesto un gran gasto, tras el trayecto y la instalación y armonización del órgano en la catedral.
Diversas instituciones públicas, entidades y empresas privadas han colaborado con aportaciones para asumir parte del coste generado para traer el nuevo instrumento. Ahora, el cabildo de Lleida ha dado un paso más y ha puesto en marcha una campaña de donativos populares a través de Bizum, o ingresos de cuenta corriente, "ante las peticiones de diversas personas" para sumar su granito de arena a la causa.
"La voluntad de la campaña es, sobre todo, implicar a la sociedad leridana en su conjunto ante un proyecto cultural que transciende al ámbito puramente religioso. Así, de alguna forma el nuevo órgano pasa a ser un elemento más para el disfrute de todo el mundo y un proyecto colectivo de ciudad", ha detallado la Catedral de Lleida sobre un órgano que se inaugurará el próximo 29 de septiembre con un concierto por Sant Miquel.
Este órgano se empezó a instalar el pasado 2 de mayo y es el resultado de una donación por parte de la fundación japonesa Ueno-Gauken, que lo tenía instalado en el Ishibashi Memorial Hall de Tokio. El instrumento, construido entre 1974 y 1975 por la prestigiosa casa alemana de órganos Klais Orgelbau, llegó a la capital del Segrià después de un largo viaje de más de 10.000 kilómetros.
Se trata de un órgano de tubos de estética neobarroca alemana, ideal para la interpretación histórica de música de Johann Sebastian Bach y los maestros barrocos de la Europa del norte, de tres teclados manuales y pedalero, con un conjunto de 36 registros y 2.278 tubos. Su altura en el punto más alto es de nueve metros y tiene un peso de 13 toneladas.
La catedral Nova de Lleida disponía originalmente de tres órganos barrocos construidos a finales del siglo XVIII, que quedaron destruidos en el incendio que hubo en la seo en julio de 1936, en la Guerra Civil. Tras la restauración del templo, se instaló otro en 1958. El instrumento, construido con malos materiales y un procedimiento industrial, dejó de funcionar en 2014 y su reparación suponía un elevado coste, lo que llevó a la catedral a buscar alternativas.
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