El Ayuntamiento de Lloret de Mar sigue luchando por cambiar el modelo turístico y alejarse del turismo de borrachera, y ha sancionado a cuatro jóvenes por hacer balconing con multas de 300 euros. Este verano el consistorio ha cerrado una veintena de alojamientos turísticos para parar los pies en las conductas incívicas.
Buena parte de la población sufre las consecuencias de este tipo de turismo que provoca malestar y no deja dormir a los vecinos, quienes aseguran que muchos pisos turísticos son alquilados a gente joven. "Estos, cuando vuelven de la discoteca hacen mucha alteración al orden y los vecinos que estamos durmiendo, te despiertan".
De acuerdo con el concejal de Turismo de Lloret de Mar, Frederic Guich, los dos casos, de dos personas cada uno, se han sancionado con 300 euros cada uno. "De 3.284 pisos turísticos, no es nada", asegura Guich, quién rechaza que se califique este incidente como turismo de borrachera. Además, la ciudad pasa de 43.000 habitantes durante el año a casi 300.000 solo durante los meses de verano. "Estos dos apartamentos han sido casos aislados", ha añadido el concejal.
El balconing una práctica peligrosa que desde hace muchos años sufren los hoteles, pero cada vez se está detectando también en zonas residenciales y urbanizaciones, más alejadas del centro y menos controladas.
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